En su nuevo informe económico publicado el martes, el INSEE explica que la actividad aumentaría un 0,2% en el cuarto trimestre en un contexto de baja moral entre los agentes económicos, crecimiento totalmente compensado por el impacto de los Juegos Olímpicos.
El clima de negocios para las empresas se mantiene así por debajo de su media a largo plazo desde el anuncio de la disolución, mientras que la confianza de los hogares sigue “bastante lejos de la media histórica”, advierte el INSEE.
Al factor político se suman los determinantes europeos, las condiciones monetarias restrictivas que limitan las inversiones, mientras que los altos precios de la energía y la competencia de los fabricantes chinos pesan sobre los exportadores, añade el instituto.
La actividad podría seguir limitada el año que viene: a mediados de 2025, “el comercio exterior se normalizaría, mientras que una renovación idéntica del presupuesto del año anterior supondría un freno al gasto”, mientras que estos dos factores apoyaron el crecimiento este año, resume el INSEE.
Se espera que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sea del 0,2% en el primer y segundo trimestre de 2025.
Entonces la demanda privada tomaría el relevo y el consumo de los hogares se beneficiaría de la caída de la inflación. La inversión empresarial, por otra parte, se vería afectada por la incertidumbre, a pesar de los recortes de tipos del Banco Central Europeo (BCE).
El INSEE prevé una estabilización de la inflación subyacente en el 1,5% en junio de 2025, mientras que la inflación total alcanzaría el 1%, por debajo del objetivo de inflación del 2% fijado por el BCE.
Se espera que el desempleo repunte hasta el 7,6% a mediados de 2025, y se espera que el sector privado comience a destruir empleos, mientras que la creación de empleo en el sector público debería desacelerarse.
Sin embargo, las previsiones del INSEE siguen rodeadas de incertidumbre.
“La situación política y sus consecuencias presupuestarias siguen siendo una fuente de incógnitas”, señala el instituto, que no descarta una “actitud adicional de espera” ante una situación sin precedentes.
La ley especial aprobada el lunes por la Asamblea Nacional permitirá aplicar en 2025 las directrices presupuestarias de 2024, pero el INSEE señala que “la orientación de la política presupuestaria podría resultar más restrictiva una vez que desaparezca la incertidumbre política”.
Las consecuencias de la reelección de Donald Trump para el comercio mundial tampoco están claras, añade el instituto.
(Escrito por Corentin Chappron, editado por Blandine Hénault)