Una trabajadora temporal de 26 años fue condenada el sábado 14 de diciembre por el tribunal penal de París, por hechos ocurridos en un bar durante la fiesta de Navidad de su empresa.
La velada navideña se convirtió este miércoles 11 de diciembre en una pesadilla para dos empleados de una empresa temporal. Fueron víctimas de agresión sexual por parte de un colega alcohólico, en un bar de la rue du Temple, en el distrito 11 de París, informa Le Parisien.
Este último, de 26 años, llevaba dos meses trabajando en la empresa. Fue condenada este sábado por el tribunal penal a un año de prisión, incluidos seis meses de suspensión por cinco años.
Bajo la influencia del alcohol
Después de unas copas, la joven, arrastrada por el ambiente festivo de la velada, ya no podía mantenerse en pie. Motivo por el cual otros invitados intentaron sentarlo lejos del grupo, para hacerle beber agua.
Fue en ese momento que levantó el vestido de una colega y pasó su mano por su pene.
“Al principio pensé que estaba borracha y que no lo había hecho a propósito”, explicó la víctima ante el tribunal según medios locales. Antes “prefirió marcharse, estupefacta” cuando volvió a repetirse el mismo gesto inapropiado, y esta vez presionado.
A otra colega le tocaron el pecho con una mano deslizada debajo de su camiseta. “A algunos les hizo gracia porque ella es mujer y estaba borracha, pero yo estaba marcado. Desde el miércoles no duermo bien. Quería ayudar a alguien porque está en mi naturaleza, pero quedé traumatizado”, dijo este segundo. querellante.
Una frase colocada bajo una pulsera electrónica
Ante esta situación, la policía fue llamada al lugar alrededor de la 1 de la madrugada. Pero el autor insultó a los agentes movilizados y forcejeó, antes de ser conducido a la comisaría y permanecer dos días en la celda de sobriedad y luego bajo custodia policial.
“No soy una persona agresiva. Pido disculpas a las personas a las que he lastimado, no fue mi intención”, aseguró bajo la influencia de la emoción del público. No sé qué pasó. En mi opinión, lo siento mucho.
Presentándose como heterosexual, esta veinteañera admitió tener problemas con el alcohol. Ya ha sido condenada tres veces por conducir en estado de ebriedad.
Para el fiscal, la joven “tiene un verdadero problema de madurez”. “Debe comprender que los hombres que comparecen por delitos similares la mayor parte del tiempo van a prisión”, le recordó.
Si el tribunal fue más allá de las exigencias (seis meses de prisión, cuatro de los cuales fueron suspendidos bajo libertad condicional por dos años), la joven no irá tras las rejas: la parte firme de la pena será colocada bajo un brazalete electrónico. Sin embargo, está inscrita en el expediente judicial automatizado de autores de delitos sexuales o violentos.