La Cámara de Comercio e Industria de Oise (CCI) concedió cinco sellos de Calidad a las empresas de Chantilly, Senlis y Lamorlaye los días 10 y 11 de diciembre. Este sello fue creado para empresas del departamento que apuestan por un proceso de progreso y que han seguido con éxito el programa elaborado por la CCI.
“Little Place”, una tienda no tan pequeña
Virginie Colard, de la tienda de prêt-à-porter Little Place, situada en la rue de l’apport-au-pain, a dos pasos del ayuntamiento de Senlis, recibió su distinción de manos de Roger Buhnemann, miembro del CCI de l’Oise. También estuvieron presentes Berger, asesor de empresas, centros de comercio y acciones colectivas, que dirigió el sistema, y Patrice Regnault, teniente de alcalde encargado del comercio. El “etiquetado” se realiza en el marco de un acuerdo establecido con la comunidad de municipios Senlis sud Oise (CCSSO). Este último estuvo presente también por su vicepresidente Patrick Gaudubois, también elegido de Senlis, y por Laurence Miroux, responsable del polo de desarrollo económico de la comunidad de municipios.
Ubicada en un edificio del antiguo Senlis, la boutique ofrece ropa variada para mujeres y jóvenes en dos espacios contiguos elegantemente decorados. “Francamente, durante la auditoría no había mucho que mejorar, esta etiqueta es realmente merecida”, comenta Céline Berger. Por su parte, Patrice Reignault admitió que “frecuenta la tienda a nivel personal y profesional”. Ya ha vendido otras marcas en el pasado y la considera “una tienda insignia en el centro de la ciudad”. Céline Berger también destacó “la innegable ventaja en términos de servicio que supone abrir el negocio a la hora del almuerzo”, lo que lamentablemente no es común en un centro de la ciudad a veces lento a mitad del día.
“Placeres del granjero”, una agradable elección culinaria
Philippe Hachelaf, propietario de Plaisirs agricoles, una quesería situada en la plaza de la Halle, recibió a continuación a los electos y a los representantes de la CCI, de la CCSSO y de la ciudad para presentarles su negocio y su trayectoria profesional que le llevó a instalarse en Senlis.
Ex ingeniero en el sector del automóvil, se dedicó a la quesería gracias a una formación impartida por la federación de queseros franceses. Durante su primera instalación en Monthléry, en Essonne, tuvo que hacer frente a un incendio que destruyó toda su tienda. Después de explorar varias zonas, cayó bajo el hechizo de Senlis “donde a la gente le gusta comer bien”. Vive en el centro de la ciudad desde hace 18 meses. Está encantado con esta elección que le ofrece una bodega de maduración debajo del almacén, equipamiento que fue decisivo en su decisión. “No todo el mundo puede madurar, hay que encontrar una bodega adecuada donde la bóveda absorba los sabores y los restablezca”, explica Philippe Hachelaf.
El hombre es un apasionado de su profesión. “Espero contratar para transmitir mis conocimientos”, dice. “Es la tienda más cara que he visto, todo está informatizado”, comenta entusiasmada Céline Berger. Sentimos que el ingeniero detrás de la organización está en su lugar”. Todo fue rediseñado durante la instalación, incluido el acceso para personas con movilidad reducida. Además de productos de leche y quesos, el cliente puede encontrar, entre otras cosas, embutidos y pasta fresca “y consejos culinarios”.
“El caballo blanco” quiere promocionar su sello
Fue Richard Diril, conocido como Léo, propietario del restaurante “Le Cheval Blanc” de Lamorlaye, quien recibió el sello de Calidad de manos de Philippe Bernard, presidente de la CCI, acompañado de Céline Berger y Nicolas Moula, alcalde. del municipio. “Estoy encantado con el resultado, mi objetivo no es causar sensación sino continuar sobre la base de esta etiqueta”, indicó el restaurador que espera que la ciudad apueste por inversiones en la rue des Arcades donde se encuentra. “El callejón comercial será renovado”, respondió el alcalde, quien espera que la diversidad comercial satisfaga las expectativas de los residentes. Al evocar el proceso que conduce a la obtención del sello, Nicolas Moula evoca “una necesaria perspectiva exterior sobre el funcionamiento de las empresas que impulse los resultados comerciales”. “No le damos esta etiqueta al mundo”, afirmó Philippe Bernard, quien acogió con satisfacción el dinamismo de la ciudad. La idea es tener en cuenta el recorrido del cliente en su conjunto para lograr una coherencia general.
“Las novias”, la tienda con acertado nombre
Sarah Mazari, dirige la tienda de prêt-à-porter “Les Copines”, situada en el número 20 de la rue de Creil, en Chantilly. Con una gran sonrisa recibe a Isabelle Wojtowiez, alcaldesa de la ciudad, a Philippe Bernard, presidente de la CCI de Oise, y a Céline Berger, con quienes siguió el viaje que le llevará este miércoles 11 de diciembre a la presentación del Sello de Calidad. . Les amis es un ambiente cálido en el que el cliente se sumerge al cruzar la puerta. Sarah Mazari ofrece té de menta a los clientes que están encantados de poder hablar con ella sobre la lluvia y el buen tiempo mientras les asesoran sobre sus expectativas. “Es una acogida que no se encuentra en ningún otro lugar”, admite Céline Berger. Sarah Mazari dirige su tienda desde hace cinco años, después de trabajar en Le Bon Marché. Quiere encontrar locales con mayor capacidad de almacenamiento.
“L’olivier” cuenta con un equipo excepcional
“Levantamos la moral de la gente”. La fórmula proviene de Olivier Fernández, jefe de la peluquería “L’Olivier”. Instalado en tres plantas magníficamente amuebladas desde 2006, en la plaza Omer-Vallon, en Chantilly, recibió esta mañana del miércoles 11 de diciembre el sello de calidad concedido por el presidente del CCI. Cuenta con una clientela fiel y un equipo “altamente cualificado”. “Amamos la ciudad donde recibimos mucho agradecimiento de nuestros clientes”, subraya. El hombre también está satisfecho con la implicación de sus nueve empleados. Respecto a la obtención del sello de Calidad, admite disfrutar “sentirse escuchado y apoyado”.
“Es un salón excepcional donde la peluquería se convierte en un viaje emocional”, explica Céline Berger, que siguió al comerciante hasta alcanzar este éxito. Pero Olivier Fernández no piensa quedarse ahí. “Estamos preparando cambios para el año que viene”, comienza, “primero abriremos los lunes y montaremos una operación “Happy color” consistente en ofrecer colores a un precio moderado. Al mismo tiempo, nos equiparemos con una cámara que realizará diagnósticos del cuero cabelludo detectando detalles invisibles a simple vista”.