Una mujer de 37 años será juzgada desde el lunes por el asesinato de sus dos hijos de 9 meses y 2 años y medio en 2022 en Drouville (Meurthe-et-Moselle).
Un drama con un telón de fondo de alcoholismo y violencia dentro de la pareja.
Está siendo juzgada por el asesinato de sus dos hijos en 2022 en Drouville (Meurthe-et-Moselle). Una mujer de 37 años comparecerá ante el tribunal de lo penal de Nancy a partir del lunes, tras haber confesado los hechos bajo custodia policial.
El 15 de febrero de 2022, a las 20 horas, esta madre fue detenida mientras conducía su coche por la policía. En el asiento del pasajero, junto a ella, descubrieron los cuerpos sin vida de los dos niños, de 9 meses y 2 años y medio. La acusada había ido a recogerlos a la guardería a las 13.30 horas, mientras que su compañera había salido a primera hora de la tarde para presentar una denuncia en su contra.
Bajo custodia policial confesó los hechos, explicando el asesinato de sus hijos por su deseo de suicidarse y su incapacidad de abandonarlos. De hecho, la treintañera también está acusada de violencia con arma contra su pareja. Antes de quitarle la vida a sus dos hijos, intentó noquearlo con un martillo, después de que él anunciara su intención de abandonar la casa familiar para pasar la noche. El hombre había decidido unos días antes dejarla y había mencionado la posibilidad de acudir a un juez de familia a causa del alcoholismo en el que parecía haber caído su pareja desde el verano.
Las cartas dirigidas a su pareja, encontradas en el coche donde asfixió con sus propias manos a su hija de dos años y medio y a su bebé de nueve meses mientras lo amamantaba, parecen apoyar la teoría de un acto que pretendía dañarla. compañero, que ella no confirmó ni desmintió. La madre acusó a su pareja de “engaño” y de “destrucción de la familia”. Cuando expresó el deseo de privarlo de sus hijos, concluyó: “Así serás libre”.
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“Madre perfecta” para los seres queridos, “en el límite” según los psiquiatras
La acusada, doctora en ciencias, había trabajado como investigadora en la Universidad de Lorena hasta el verano de 2021. Sus suegros la describían como una “madre perfecta”, “dispuesta a todo por sus hijos”. Otros testigos, como el personal de la guardería donde la pareja dejaba a sus hijos cada mañana, describieron “una familia normal”padres “presentes e invertidos en la vida de sus hijos”. Estos últimos fueron descritos como “sonriente, feliz de vivir y en buen desarrollo“.
Sin embargo, la pareja evolucionó en una “clima permanente de celos y paranoia”según el auto de procesamiento, del que tuvo conocimiento la AFP. La acusada había descubierto, durante su primer embarazo, la infidelidad de su pareja de la que parecía no haberse recuperado. Hay informes de discusiones periódicas en un contexto de sospechas de infidelidad y alcohol, con violencia verbal y física recíproca. “Los niños parecen haber sido colocados en medio de conflictos matrimoniales, habiendo podido luego servir como rehenes para hacer que el otro pagara recíprocamente la causa del sufrimiento”según los expertos. Descrito por los psiquiatras como un “personalidad límite”, “tipo abandono” y “emocionalmente dependiente”el acusado ya había cumplido varias estancias en psiquiatría. Tenía tendencias suicidas y parecía deprimida unos meses antes de los hechos. Ya no salió de casa y empezó a beber por la mañana. Le recetaron antidepresivos el 4 de febrero de 2022, pero se negó a tomarlos debido a que amamantaba a su hijo.
Se espera el veredicto el viernes.