Par
Jean-Claude Bonnemère
Publicado el
7 de diciembre 2024 a las 7:00 a.m.
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Anne Laevens-Pons subraya la importancia decisiva deecología integralespecialmente como cristiano. Para ella, el compromiso ecológico es un deber moral y espiritualcomo lo recuerda El Papa Francisco en Laudato si’.
A través de su viaje a Centro Hélène y Jean Bastaire, en Bergantiprofundizó su comprensión de las cuestiones ecológicas, transformando su vida cotidiana: opciones de transporte, consumo responsable y concienciación. Convencida de la urgencia, pide a todos que tomen conciencia de laInterdependencia entre la ecología y todos los aspectos de la vida.afirmando que el cambio, aunque gradual, es inevitable.
¿Cuál es su enfoque de la ecología integral?
Anne Laevens-Pons: Por mi parte, este enfoque es fundamental, como cristiano, en la medida en que sabemos muy bien, ocultando el rostro, que todo lo que concierne a la ecología nos llevará a una crisis importante en los próximos años. En mi opinión, los cristianos han descuidado demasiado este aspecto de la vida, aunque es un tema importante. ¡Todo lo que podamos hacer para evitar lo peor debe suceder ahora! Los cristianos tenemos un deber de compromiso en este tema, este es el llamamiento lanzado por el Papa Francisco a través de su encíclica Laudato si’. ¡Ya no es posible ocultar nuestros rostros!
¿La incorporación a este Centro Hélène y Jean Bastaire ha cambiado algo en su vida?
Sí, eso seguro, aunque me parezca insuficiente. Ya consciente de la ecología, me dije que necesitaba capacitarme, porque no tenía conocimientos sobre el tema. Por tanto, la formación que ofrece el Centro Hélène y Jean Bastaire me permite subsanar las deficiencias que mencioné. Y a medida que avanzo en la comprensión de las cuestiones vinculadas a la ecología, me doy cuenta de la gravedad de la situación. ¡La formación cambia nuestra visión del mundo!
¿Puedes dar algunos ejemplos de este cambio en la vida diaria?
Por ejemplo, estoy buscando el medio de viaje más ecológico que tengo a mi disposición. Para llegar a Toulouse, antes cogía el coche por comodidad, sin hacerme preguntas. Ahora, opto sistemáticamente por el tren, salvo necesidad particular, no salgo en coche, en cuanto me doy cuenta de que puedo hacer lo contrario. Ya no intento tomar el avión, consumo la menor cantidad de carne posible, me preocupo de comprar la menor cantidad posible de productos de plástico, sin olvidar el consumo digital que restrinjo… Ciertamente son situaciones bastante clásicas, pero me ayudó a entrar un proceso de cambio, porque sólo ocurre gradualmente. También tomé conciencia de la urgencia de ayudar al mayor número posible de personas a tomar conciencia de lo que nos va a pasar. La situación es grave y afrontamos días muy difíciles. Entendamos que la ecología es algo íntimamente ligado a nuestra vida cotidiana, nuestros viajes, nuestra alimentación, nuestra ropa, nuestras actividades de ocio, el uso de la tecnología digital… ¡de ahí la ecología integral!
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