“No podemos dar dinero que no tenemos”: Charente-Maritime pone a dieta la cultura

“No podemos dar dinero que no tenemos”: Charente-Maritime pone a dieta la cultura
“No podemos dar dinero que no tenemos”: Charente-Maritime pone a dieta la cultura
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El consejo departamental se dispone a ir al grano a todos los niveles para intentar completar su presupuesto de 2025. La dotación asignada a los actores del mundo cultural (asociaciones, compañías, teatros y festivales) se reducirá así a la mitad en 2025. “No podemos dar. “El dinero que no tenemos es matemático”, asegura Catherine Desprez, primera vicepresidenta del departamento de Charente-Maritime, encargada tanto de las finanzas y de la solidaridad territorial como de la cultura. “No podemos mantener nuestro apoyo a todo lo que es opcional: el deporte, el turismo y la cultura”, confirma recordando las competencias prioritarias del departamento: social y vial.

Su “gestión” se benefició este año de 10 millones de euros. El año que viene sólo tendrá 5. En las últimas semanas, el funcionario electo ha aumentado el número de reuniones con las estructuras de Charente-Maritime para comunicarles la dolorosa situación. Casi 500 se ven afectados, precisa Catherine Desprez, contando también a los que operan en el mundo del deporte y del turismo; sólo los jóvenes se verán menos afectados con una reducción del 25% de las subvenciones.

Los actores del mundo cultural no tienen otra opción que adaptarse a esta nueva situación. Las estructuras más grandes de Charente-Maritime ya habían sufrido una caída del 10% el año pasado. Las subvenciones municipales y regionales siguen la misma pendiente negativa desde hace años. “Todo esto va decayendo año tras año. Desde el Covid y la caída de la financiación, el número de programas culturales ha disminuido un 50 % en Francia”, señala Jérôme Monzein, artista y creador de l’Arche en sel, una empresa con sede en Saint que cuenta con una decena de trabajadores intermitentes. Las ayudas departamentales hasta entonces le permitieron financiar la mitad del único puesto asalariado de esta asociación, un trabajo administrativo. Jérôme Monzein, sin embargo, no quiere derribar comunidades: “Los tiempos son difíciles, pero debemos permanecer combativos, adaptarnos y darnos los medios para existir. Tendremos que operar de manera diferente para mantener esta posición”.

Menos dinero siempre significa menos artistas en escena con propuestas reducidas a lo esencial. Menos dinero también limita la creación cultural y penaliza en bien los barrios menos favorecidos y las zonas rurales más alejadas. Jamel Feraouche, uno de los fundadores de la compañía de danza hip-hop Pyramid de Rochefort, lo resume así: “Nuestros proyectos siempre tienen un hilo conductor con el territorio, los barrios, los municipios. Menos subvenciones significan una salida menos con los jóvenes, batallaen el teatro…”. Jamel Feraouche también habla de las dificultades de “proyectarse” cuando una nueva creación requiere años de esfuerzo antes de ser ofrecida al público.

Las estructuras más importantes del departamento, por su parte, recuerdan el impacto demasiado a menudo subestimado de la cultura en el empleo, el de directivos, técnicos o luminotécnicos, por nombrar sólo algunos. “Reinyectamos parte de estos recursos en la economía local, los artistas se alojan en hoteles, comen en restaurantes”, subraya al diario Sud Ouest Franck Becker, director del Coursive, teatro público y escenario nacional de La Rochelle. Catherine Desprez, primera vicepresidenta del departamento, se declara plenamente consciente del efecto dominó provocado por la caída de las ayudas públicas. “Sé lo vital que es. Si está en juego la supervivencia de las empresas, si es esencial, abordaremos los expedientes uno por uno”, promete el electo, refiriéndose a “cinco o seis” estructuras en Charente Marítimo que se enfrentan a “dificultades presupuestarias” muy graves. .

El departamento también podría renunciar a reducir a la mitad las “ayudas a la difusión cultural”, un sistema destinado a “fomentar las iniciativas locales”. En otras palabras: ayudar a las comunidades rurales y a las pequeñas asociaciones a programar espectáculos –muchas veces gratuitos– hasta los confines del departamento. “Esta otra caída del 50%, fue una doble sanción. Las ayudas a la difusión sirven a menudo como detonante para los municipios. En lugar de ello, estamos considerando limitar el número de espectáculos elegibles a dos en lugar de cuatro por comunidad”, destaca Catherine Desprez.

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