“Ucrania será la primera prioridad”, prometió Alain Berset tras su elección el martes para el cargo de Secretario General del Consejo de Europa. Sin embargo, el nombramiento del ex consejero federal en Estrasburgo reveló fisuras en la armonía entre Berna y Kiev, escribe el periódico SonntagsBlick. Tras la primera ronda de votaciones, en la que los suizos se adelantaron a sus competidores, el estonio Indrek Saar y el belga Didier Reynders, rivales de Alain Berset, contraatacaron.
Un representante de la delegación estonia se acercó al jefe de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE) y lanzó un feroz alegato contra Alain Berset. El orador advirtió que estaba adoptando posiciones problemáticas sobre la guerra en Ucrania, pareciendo extrañamente pro Putin y, por lo tanto, representando un “peligro para el Consejo de Europa”. Declaraciones que varios testigos confirmaron a “SonntagsBlick”.
La maniobra no tuvo éxito: Alain Berset fue elegido con 114 votos sobre 245, el estonio obtuvo 85 votos y el belga 46 votos. Queda una amarga observación para Friburgo: no contaba con la confianza de los partidarios del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
En la delegación ucraniana, los votos a su favor provinieron del campo de Poroshenko, es decir, de miembros de la oposición ucraniana. Petro Poroshenko, ex presidente de Ucrania y ahora diputado, es acusado en su país de servir a los intereses rusos. La teoría plausible que circula hoy en Estrasburgo es que la maniobra disruptiva contra la elección de Alain Berset nunca habría podido llevarse a cabo sin el apoyo de Kiev.
