Jazz en Viena: 4.000 asistentes al festival disfrutarán con un Trombone Shorty tan potente como siempre

Jazz en Viena: 4.000 asistentes al festival disfrutarán con un Trombone Shorty tan potente como siempre
Jazz en Viena: 4.000 asistentes al festival disfrutarán con un Trombone Shorty tan potente como siempre
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Originario de Nueva Orleans, Troy Andrews, más conocido como Trombone Shorty, es un habitual del Jazz à Vienne. Fue en 2011 cuando encontró el éxito al unir el sonido de la gran banda de música de su ciudad natal, Nueva Orleans, con influencias del jazz y el soul contemporáneo.

Es ante todo un trombonista de gran talento, con improvisaciones espectaculares, algo bastante raro en un instrumento que, a diferencia del saxofón o la trompeta, se caracteriza por ser bastante plano.

Pero además, lo volvió a demostrar el viernes 28 de junio durante la segunda velada de Jazz à Vienne: es un verdadero showman que sabe montar un concierto con un ritmo impresionante, subiéndose al escenario, cantando, tocando el trombón, pero. también en la trompeta, lo que le permite dar ejemplo de la respiración que lo anima manteniendo la misma nota sin parpadear, durante minutos muy, muy, largos.

Ciertamente, el trombón es “enano”, pero el concierto que ofrece con el apoyo de músicos talentosos, cada uno tan sobrealimentado como el otro, es XXL.

Con tales lunáticos en el escenario, el público (cuatro mil asistentes al festival se habían sentado esta noche en el antiguo teatro) no podía más que encenderse rápidamente, con los espectadores ondulando rítmicamente a los pies del escenario y en las gradas.

Ciertamente, musicalmente no siempre es sofisticado, pero es innegable que se consigue el objetivo deseado: un ritmo intenso…

Si Trombone Shorty es un auténtico showman americano, no se puede decir lo mismo del guitarrista y cantautor Jalen Ngonda que abrió la velada con su trío, generalmente la tarea más difícil en Jazz à Vienne.

Nada que decir sobre su voz: es parte del grupo Motown, el sello de música soul, eso lo dice todo.

En su voz excepcional y conmovedora, escuchamos vibrar a los fantasmas de Marvin Gaye o Curtis Mayfield.

Pero con sólo 29 años, Jalen Ngonda todavía tiene mucho que aprender sobre el escenario, ya que no ha sido un showman durante dos rondas, a diferencia de Trombone Shorty, y no ha sabido conquistar al público. Pero debería aprender rápidamente y estaremos encantados de volver a verlo en Jazz à Vienne…

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