Día 1, ¿el que recordamos? por detrás de la máscara

Día 1, ¿el que recordamos? por detrás de la máscara
Día 1, ¿el que recordamos? por detrás de la máscara
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Sin sonido por lo tanto se convierte en una franquicia lucrativa, en la forma de un universo extendido hoy con este Día 1 que parecía, al final de su tráiler, un simple refrigerio encargado de mantener el apetito del público por el final de la aventura de la familia Abbott.

Lo que tendremos que reconocer cuando se estrene la película es que Día 1 ya no se beneficia del efecto sorpresa que animaba Sin sonido en 2018. Menos aún en el lado visceral de la segunda obra, que logró suscitar significativamente los debates.

A los malhumorados sólo les quedará señalar las inconsistencias que salpican la película en cuanto a la agudeza auditiva de los extraterrestres. Como si las obras anteriores siempre hubieran estado desprovistas de él. O el hecho de que Día 1 no entrega la cuota de participación que, no obstante, tenían derecho a esperar en vista de las obligaciones de la franquicia.

Excepto que, por una vez, una franquicia desafía en cierto modo las probabilidades.

Porque es Día 1 no ofrece respuestas sobre esta repentina invasión, sino que invita al espectador a tomar un camino diferente. En primer lugar, dejar que el campo estadounidense comprenda mejor la cacofonía ensordecedora de Nueva York, repentinamente reducida al silencio en sus calles devastadas. Guerra de las palabras.

Atrás quedó entonces la cuota de acción e invasores, casi relegados a un segundo plano de esta nueva aventura.

Adiós, finalmente, la sesión familiar a puerta cerrada propuesta desde hacía mucho tiempo. En efecto, Sin sonido: Día 1 Prefiere organizar un encuentro entre dos soledades. La de un estudiante de Derecho desarraigado y un paciente en cuidados paliativos. La obra la convierte en una auténtica burbuja ajena a toda realidad y a la urgencia de la supervivencia, el tiempo de una odisea en forma de vuelta a los orígenes sin palabras. Una burbuja que culmina en el momento de la reconstrucción de un espectáculo de marionetas, o incluso un simple juego de cartas silencioso precedido de un último trozo de pizza. Aquí es donde estos dos personajes finalmente cobran vida y despegan un largometraje lento que va en contra de las expectativas.

Sin duda hay una considerable inconsciencia por parte de John Krasinski y Platinum Dunes a la hora de desviarse de la obviedad de su concepto inicial o incluso de la espectacularidad prometida. Entonces, Día 1 sólo confundirá, si no decepcionará seriamente, tanto al público como a la crítica.

Como esta heroína cuya búsqueda es inicialmente irrisoria, pero que descubre que incluso bajo los escombros, incluso después de la destrucción, cada pedacito de vida es precioso.

Y si, no obstante, el público clama por ser sorprendido, dada la tibia acogida que ha tenido, no, realmente, una franquicia ya consolidada nunca debería cambiar de rumbo…

Behind_the_Mask, senscrítico adepto al sonido de las palabras.

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