Durante años, dos mujeres y doce hombres franceses, procesados en Francia por conspiración criminal de carácter terrorista, han sido encarcelados en Irak. Todos fueron condenados entre 2017 y 2019 a la pena de muerte (conmutada por cadena perpetua) o a veinte años de prisión, tras juicios simulados injustos, sin tener en cuenta los derechos más básicos de la defensa.
Los hijos de las dos francesas fueron encarcelados con sus madres, antes de ser repatriados a Francia sin ellas. Desde entonces, no han vuelto a escuchar las voces de sus madres ni han recibido noticias de ellas. Las condiciones de detención de estos catorce ciudadanos franceses constituyen un trato inhumano y degradante.
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Los hombres sobreviven en celdas de menos de 100 metros cuadrados donde se hacinan más de 130 presos, carecen de agua, comida y no reciben ningún tipo de atención ni tratamiento. Las mujeres no tienen derecho a nada: ni lápiz, ni papel, ni libro, ni televisión. Ellos también están hacinados en celdas destartaladas, sin acceso a la atención más básica, y son humillados y maltratados periódicamente.
Esta historia legal es nuestra historia.
Desde su salida y llegada a Siria o Irak, desde hace al menos diez años, los jueces de instrucción antiterroristas franceses investigan sus casos. Todos ellos han emitido órdenes de detención internacionales en su contra, en el contexto de información judicial penal pendiente por su ausencia y su encarcelamiento en Irak. Los juicios deben celebrarse en Francia.
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Estos hombres y mujeres nacieron, crecieron y se radicalizaron en Francia, antes de unirse a una organización terrorista que instigó a su vez atentados perpetrados en Francia. Por tanto, es en suelo francés donde deben responder penalmente de su responsabilidad. Las autoridades iraquíes han expresado claramente el deseo de que estos detenidos sean trasladados a su país e incluso han tomado medidas en ese sentido. Sin embargo, las autoridades francesas se encuentran con el silencio.
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Nosotros, víctimas de los atentados, abogados de estos franceses detenidos en Irak, abogados de las víctimas del terrorismo, visceralmente apegados al Estado de derecho y a la necesidad de que los juicios se celebren en Francia, pedimos oficialmente a las autoridades francesas que transfieran a estos hombres y a estas mujeres en territorio francés para que puedan responder de sus actos.
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