“Nunca podré volver atrás”: en Fréjus, la venta de garaje forma parte de su modo de vida

“Nunca podré volver atrás”: en Fréjus, la venta de garaje forma parte de su modo de vida
“Nunca podré volver atrás”: en Fréjus, la venta de garaje forma parte de su modo de vida
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El aparcamiento de 800 plazas está sistemáticamente lleno.

En Fréjus, en las tres hectáreas de terreno de una antigua granja en el “valle rosa”, la venta de garaje de Saint-Joseph reúne a cazadores y vendedores de gangas tres mañanas a la semana (miércoles, sábado y domingo).

Una institución muy conocida que este año celebrará su vigésimo aniversario.

Aquí, en un ambiente bucólico, los particulares exponen sus mercancías alrededor de sus vehículos en stands de 8 por 4 metros y los compradores desfilan.

Porque en esta popular venta de garaje los precios son bajos, muy bajos. Cuente un euro por un libro o un CD, dos euros por una camisa, un euro por un jarrón de cristal de unos 40 cm de altura, veinte céntimos por un destornillador, dos euros por un par de zapatos de hombre…

Una economía que permite a los más modestos vestirse o amueblar sus casas por casi nada. “Vivo con 600 euros al mes, así que cada euro cuenta”, explica Maryse, una jubilada de Fréjus acostumbrada a la zona, que busca trozos de tubo de plástico para reparar un canalón.

Frente a los productos expuestos por los 80 vendedores presentes el pasado sábado, evidentemente había algunos cazadores de gangas adinerados que buscaban una pieza de decoración rara o un precioso objeto vintage con un estilo atemporal y una pátina llena de encanto.

Pero aquí, como en muchas ventas de garaje en Est-Var, los compradores son sobre todo personas con ingresos modestos, que vienen a encontrar en esta forma de consumo colaborativo los objetos que necesitan.

“Casi sólo consumo productos de segunda mano, -confía René-. Una vez utilizados, todos los artículos ven su precio bajar drásticamente. “Sería estúpido no aprovecharlo”.

“Consumo virtuoso”

Las transacciones involucran montos pequeños y generalmente se realizan en efectivo. Foto AB-J..

Al otro lado de las gradas también cuentan los vendedores. Todos se levantaban de madrugada y pagaban una suma muy módica para poder instalar sus productos.

“En 20 años he observado un empobrecimiento de los hogares” confía Jean-Luc Treve, propietario del local y director de la venta de garaje y de la actividad del mercado.

“Algunas personas reparan objetos reciclados e intentan venderlos para llegar a fin de mes. Al mismo tiempo, las consideraciones medioambientales han progresado y este modo de consumo virtuoso y poco contaminante sigue prevaleciendo. Por último, las ventas de garaje son muy útiles”.

“Gastamos tanto como ganamos”

Los objetos cotidianos representan gran parte de lo que vino y compró. Foto AB-J..

En opinión de varios vendedores, “No es regentando puestos de venta de garaje como puedes hacerte rico. Si consigues ganar unos diez euros al día, cubrirás tus gastos”.

“Los vendedores suelen ser también compradores, – confiesa Martine, una jubilada del este de Var. Recientemente vendí mi casa, por lo que actualmente estoy en fase de liquidación. Pero nada dice que no necesitaré comprar artículos para amueblar mi nuevo hogar. Una cosa es segura, seguiré comprando de segunda mano. Se ha convertido en parte de mi estilo de vida. Nunca podré volver atrás. Es menos costoso y más ecológico”.

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