Supervisión digital | “Manos fuera de Internet” no ha envejecido bien…

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“Creemos que Internet complementa el sistema de radiodifusión tradicional. Cualquier intervención que hagamos sólo perjudicaría la innovación”, escribió su presidente, Konrad Von Finckenstein, en un memorando explicando la posición de la Comisión Canadiense de Radio, Televisión y Telecomunicaciones (CRTC) en 2009.


Publicado a las 5:00 a.m.

Hace 15 años, el gran jefe de la CRTC reforzó la posición adoptada en 1999 por su predecesora Françoise Bertrand: “El consejo no cree que regular los nuevos medios ayude a hacer cumplir la Ley de radiodifusión. »

Como lo resumió de manera más o menos célebre un periodista de la CBC en su momento: “Para la CRTC, Internet es irrelevante. »

Las cosas han cambiado mucho en un cuarto de siglo. “Hoy, la CRTC está llevando a cabo una consulta sobre las contribuciones que los servicios en línea deberán hacer para apoyar el sistema de radiodifusión canadiense”, anunció la agencia federal en mayo de 2023, en un espectacular giro radical.

¿Una forma de corregir la situación? “Mirando hacia atrás, [refuser d’encadrer l’internet] Fue quizás la decisión más loca en la historia de la CRTC”, afirma Pierre Trudel, especialista digital y profesor del Centro de Investigación en Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Universidad de Montreal.

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FOTO FRANÇOIS ROY, ARCHIVOS DE LA PRESSE

Pierre Trudel, especialista digital y profesor del Centro de Investigación en Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Universidad de Montreal

Hoy podemos encontrarlo surrealista. La CRTC anticipó que la tecnología se mantendría como estaba en 1999.

Pierre Trudel, especialista digital y profesor del Centro de Investigación en Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Universidad de Montreal

Ahuyenta lo natural…

Este cambio de opinión por parte de la CRTC está acorde con los tiempos. En los últimos dos años, Ottawa ha presentado no uno, sino cinco proyectos de ley para regular mejor los “nuevos medios”, que desde entonces se han convertido en “plataformas digitales”.

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FOTO JUSTIN TALLIS, AGENCIA DE ARCHIVOS FRANCE-PRESSE

La Unión Europea ha aprobado una ley sobre mercados digitales para combatir las actividades anticompetitivas de los gigantes de Internet, como GAFAM.

Canadá no es el único que quiere apretarle las tuercas a los gigantes digitales. La Unión Europea también ha estado activa en los últimos meses y aprobó una ley sobre mercados digitales para combatir las actividades anticompetitivas de los gigantes de Internet. Esta ley se dirige principalmente a GAFAM (acrónimo que designa a los cinco gigantes web estadounidenses: Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) y a empresas tecnológicas chinas como Tencent.

Estados Unidos también actuó: el presidente Joe Biden anunció por decreto hace un año su intención de regular la inteligencia artificial.

Sin embargo, el regreso al poder el próximo enero de Donald Trump hace que este marco sea muy incierto. Este último ha cambiado de opinión varias veces sobre la cuestión de la supervisión digital desde el inicio de su primer mandato como presidente, en 2016, pero su proximidad a Elon Musk y otros grandes promotores de la inteligencia artificial (IA) sugiere que querrá dar darles rienda suelta. Su aversión hacia China, que se está consolidando tanto en el ámbito de la IA como en el de las tecnologías digitales en general, aún podría llevarlo a proponer una forma de supervisión del sector tecnológico.

El mismo interrogante se aplica a Canadá: un posible gobierno conservador liderado por Pierre Poilievre probablemente cambiaría el enfoque de Ottawa.

Por el momento, la ONU y la OCDE también están trabajando para ayudar a sus estados miembros a limitar los abusos digitales, como el uso abusivo de las redes sociales o la IA.

Mila, un instituto de investigación de IA con sede en Montreal, también asesora a la ONU y a la OCDE. A la sombra de su investigador estrella Yoshua Bengio, es el vicepresidente de Mila responsable de políticas públicas, seguridad y asuntos globales, Benjamin Prud’homme, quien lidera las conversaciones con las dos organizaciones.

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FOTO PROPORCIONADA POR MILA

Benjamin Prud’homme, vicepresidente responsable de políticas públicas, seguridad y asuntos globales de Mila

La llegada de la IA generativa [comme ChatGPT] reforzó la idea de regular mejor la IA. Lo que escucho, incluso en Estados Unidos, es que queremos evitar darle a la IA la misma libertad que a las redes sociales.

Benjamin Prud’homme, vicepresidente responsable de políticas públicas, seguridad y asuntos globales de Mila

En Estados Unidos las redes sociales ocupan un lugar muy central en la esfera pública. Lo digital ha provocado el cierre de un importante número de medios locales, de modo que los residentes de muchas grandes ciudades se informan a través de Facebook, TikTok o X, plataformas que generalmente deprecian las noticias de los medios tradicionales.

Una difícil recuperación

Durante dos años, los gobiernos y las organizaciones reguladoras han estado aplicando políticas de recuperación y actuando caso por caso. Es probable que los resultados sean desiguales, advierten los expertos.

“Cuanto más esperamos, más difícil es cambiar la forma de hacer las cosas”, dice Pierre Trudel. Las noticias de los últimos días lo atestiguan: Europa y Estados Unidos están intentando desmantelar a los gigantes digitales Amazon, Apple, Google y Meta. Es difícil predecir cómo resultará esto.

Sobre todo, la ley tiene límites que la tecnología digital no tiene: las empresas establecidas en China o Rusia pueden hacer negocios con clientes occidentales sin someterse a leyes regionales. La IA puede ser fácilmente objeto de un uso ilícito y transfronterizo.

La idea de confiar a una organización supranacional el papel de guardián digital circula desde hace años, pero parece lejos de alcanzar un consenso.

“Es utópico pensar que todo esto podría ser gobernado por un único foro internacional, incluso si la comunidad internacional tiene un papel que desempeñar”, matiza Benjamin Prud’homme, de Mila. “Por ejemplo, dentro de la ONU podríamos acordar ciertos principios importantes. La ONU también podría asumir el papel de informar a los tomadores de decisiones públicas utilizando contenido científico. »

Existen precedentes, añade: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) informa de forma independiente al público sobre el cambio climático, pero deja a los gobiernos en libertad de adoptar las políticas ambientales de su elección.

La ONU también estableció 17 objetivos de desarrollo sostenible para 2020 que sus estados miembros deben intentar alcanzar de aquí a 2030. La organización podría fijar objetivos para garantizar un impacto positivo de la tecnología digital en la sociedad, concluye el experto de Mila.

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