La participación masiva de los ciudadanos en la causa alegra a los miembros de la organización local Conservation Lac Brome, que vela por la salud de la biodiversidad náutica. Todo indica que más vecinos se están sumando al movimiento del colectivo de buzos de Hagamos nuestra parteiniciador de operaciones de limpieza en provincias.
“Quizás se esté produciendo algún tipo de cambio en la población, que cada vez es más consciente de la necesidad de implicarse en la protección de las joyas en peligro de extinción. Nada se da por sentado y masas de agua como el lago Brome pueden degenerar rápidamente si no tenemos cuidado. Veo que la gente se da cuenta cada vez más de esto”, opina Don Joyce, director de proyectos de Conservation Lac Brome (CLB).
La recogida de residuos que a veces se encontraban en el fondo del lago fue muy abundante, como muestran las fotografías facilitadas por el CLB. Se recuperaron alrededor de 420 kilogramos de objetos de todo tipo. Entre los más sorprendentes encontramos cuatro anclas, tres cuerdas, tubos y un cable de telecomunicaciones de decenas de metros de largo.
Además, los buzos encontraron al menos medio centenar de botellas de todos los tamaños, latas, cañas de pescar, objetos metálicos, pelotas de golf, cartuchos de escopeta y hasta neumáticos usados.
Un vistazo a la hermosa cosecha. (CLB)
¿Por qué no dejarlos allí? La presencia de estos materiales, como el plástico, tiene consecuencias nocivas, especialmente para la fauna marina que ingiere micropartículas. Los residuos contaminan así toda la cadena alimentaria.
“Algunos objetos, como los cristales rotos, son peligrosos para el ser humano, otros espesan la capa de sedimento que, al mezclarse, libera fósforo y favorece la proliferación de algas. Un lago no es un vertedero, como lamentablemente creen desde hace tiempo los habitantes de muchos ríos de provincia. Y hoy estamos pagando el precio”, señala Jean-Pierre Pilon, presidente del CLB.
Los buzos retiraron varios objetos inusuales, incluido un largo cable de acero. (CLB)
Iniciativas de este tipo podrían continuar en los próximos años, al menos mientras los buceadores del colectivo mauriciano Hagamos nuestra parte y sus fundadores, Anne-Marie Lussier y David Gauthier, contribuirán a la salud de los lagos de Estrie.
