Gracias a una cooperación reforzada con Marruecos, 203 personas fueron devueltas a su país de origen, frente a 43 el año anterior. Este importante aumento es el resultado de una política migratoria más firme liderada por Bélgica, que tiene como objetivo aumentar el número de retornos voluntarios y forzosos de personas que han recibido una orden de abandonar el territorio.
A pesar de este aumento, el número de retornos efectivos sigue siendo bajo en comparación con las 23.873 órdenes de abandonar el territorio emitidas en 2023. Las dificultades encontradas por las autoridades para ejecutar estas órdenes son numerosas: recursos judiciales, falta de cooperación de las personas afectadas, plazas limitadas en los centros de detención y complejidad administrativa.
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Para facilitar los retornos, Nicole de Moor recuerda haber participado en una misión gubernamental a Rabat el pasado mes de abril, donde se concluyó un acuerdo con Marruecos para la repatriación de sus ciudadanos en situación irregular. Esta colaboración, que se enmarca en un contexto diplomático más amplio, ha permitido cuadruplicar el número de remisiones.
El ejemplo marroquí podría servir de modelo para otros países, aunque cada situación requiera un enfoque específico. Bélgica también ha reforzado su cooperación con Albania, Georgia y Moldavia para aumentar el número de retornos.
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