STras una campaña marcada por numerosas idas y vueltas, Donald Trump ganó las elecciones y se convirtió así en el 47º presidente de Estados Unidos, después de haber sido el 45º. Se convirtió en el segundo presidente, después de Grover Cleveland en el siglo XIX, en regresar a la Casa Blanca después de una derrota. Este regreso de Trump, con su enfoque decididamente proteccionista, plantea interrogantes sobre los posibles efectos en las alianzas estratégicas de Estados Unidos, incluso con socios históricos como Marruecos.
Desde que Estados Unidos reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara en diciembre de 2020, bajo el primer mandato de Trump, los lazos diplomáticos y económicos entre ambos países se han consolidado. Este reconocimiento ha favorecido un aumento de las inversiones estadounidenses en sectores estratégicos marroquíes, como las energías renovables y las tecnologías innovadoras. Para el Reino, que depende de diversas asociaciones internacionales y una estrategia de centro regional, las opciones políticas de Trump para este segundo mandato podrían abrir nuevas oportunidades y plantear nuevos desafíos. Hay que decir que durante su primer mandato, Trump ya había causado impresión con su guerra comercial contra China, imponiendo enormes derechos de aduana a los productos importados.
Con este regreso a la presidencia, parece decidido a intensificar este enfoque proteccionista. “Si Estados Unidos aumenta los derechos de aduana hasta un 60% para determinados productos chinos, el impacto en la economía global sería mucho mayor que durante la primera guerra comercial”, explica Yassir Kettani, economista y especialista en comercio internacional. Para Marruecos, que tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos desde 2006, las repercusiones podrían ser complejas.
Por un lado, las exportaciones marroquíes a Estados Unidos –en particular en el sector textil, agroalimentario y de fosfatos– podrían verse afectadas por un clima proteccionista general, lo que dificultaría el acceso al mercado estadounidense. Por otro lado, el fortalecimiento de los aranceles aduaneros frente a competidores como China podría abrir oportunidades para los productos marroquíes, que seguirían siendo competitivos en ciertos nichos industriales. “Paradójicamente, este proteccionismo podría ser favorable a nuestras exportaciones a Estados Unidos, si Marruecos sigue siendo un socio comercial estable y menos sujeto a las restricciones aduaneras estadounidenses”, explica Kettani.
El otro punto a tener en cuenta, según el experto: el enfoque proteccionista de Trump y su hostilidad al comercio con China también podrían limitar las ambiciones de ciertos grupos chinos en los sectores del automóvil y de las baterías eléctricas, que ven en Marruecos una puerta estratégica al mercado estadounidense. De hecho, muchos inversores chinos eligen Marruecos para eludir las barreras aduaneras impuestas a los productos chinos en Estados Unidos, a través del acuerdo de libre comercio que une Rabat con Washington. Por lo tanto, una política comercial demasiado rígida podría limitar estas inversiones potenciales.
Un dólar fuerte, un arma de doble filo para Marruecos
La política monetaria de Trump también podría fortalecer el dólar, lo que tendría efectos mixtos para Marruecos. Al presionar por tasas bajas, Trump espera respaldar las exportaciones estadounidenses, pero un dólar fuerte podría complicar esta dinámica y tener repercusiones globales. Para Marruecos, un dólar en alza tiene dos consecuencias principales: “por un lado, hace que las exportaciones marroquíes sean más competitivas en mercados distintos del de Estados Unidos, lo que sería un activo para las industrias exportadoras. Por otro lado, los crecientes costos de las importaciones estadounidenses podrían acentuar nuestro déficit comercial, particularmente en el caso de productos tecnológicos y farmacéuticos.
Además, Marruecos se beneficia de una posición privilegiada como puerta de entrada al continente africano. Esta situación geoestratégica, reforzada por el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sahara en 2020, podría animar a más empresas estadounidenses a invertir en Marruecos para establecerse en África. “En un contexto en el que las relaciones con China siguen siendo tensas, Marruecos podría posicionarse como un relevo estratégico para las inversiones estadounidenses”, afirma Kettani.
Los sectores de infraestructura, finanzas y energías renovables en particular podrían atraer capital estadounidense que busca estabilidad y expansión en el continente. Trump también pretende reducir los impuestos corporativos para las empresas que producen en Estados Unidos, así como perpetuar los recortes temporales del impuesto sobre la renta implementados en 2017. Aunque estas reformas están parcialmente condicionadas al control de la Cámara de Representantes, tal medida podría haber un efecto indirecto positivo sobre los inversores marroquíes. De hecho, un recorte de impuestos para las empresas estadounidenses podría dinamizar a Wall Street, estimulando indirectamente el apetito por las acciones en todo el mundo, incluido Marruecos. Según nuestro experto, “si los mercados financieros estadounidenses se benefician del impulso de los recortes de impuestos, esto podría extenderse a los mercados globales. Los inversores marroquíes, si bien se benefician del crecimiento de las acciones estadounidenses, también podrían ver un efecto de contagio positivo sobre los Masi.
Un clima de convivencia política
Aunque el Senado tiene mayoría republicana, la mayoría en la Cámara de Representantes sigue estando en disputa. Esta situación de convivencia podría restringir el alcance de ciertos proyectos de Trump, en particular las reformas fiscales que requieren una mayoría en ambas cámaras. “La capacidad de Trump para implementar su agenda dependerá en primer lugar de su relación con el Congreso”, comenta Kettani. “Sin un apoyo legislativo total, algunas de sus promesas, como recortes masivos del impuesto de sociedades, podrían verse comprometidas”, afirma.
Sin embargo, las iniciativas proteccionistas, como los aumentos arancelarios, pueden ser implementadas directamente por el presidente sin pasar por el Congreso. Esto significa que, incluso con limitaciones políticas, Trump podría intensificar sus medidas arancelarias y proteccionistas, influyendo así en la economía global. Ante esta incertidumbre, Marruecos debe fortalecer sus asociaciones con la Unión Europea y el África subsahariana para minimizar su dependencia de Estados Unidos y China. “Es esencial que Marruecos diversifique sus relaciones económicas para reducir su exposición a las políticas estadounidenses, especialmente en un contexto tan incierto”, aconseja.
miAl centrarse más en las exportaciones a Europa e intensificar sus relaciones con los países africanos, Marruecos podría mitigar los efectos de posibles tensiones comerciales globales. En resumen, el regreso de Trump, a pesar de las políticas proteccionistas y el aumento de las tensiones comerciales, no está exento de beneficios potenciales para Marruecos. Entre el mayor atractivo para las inversiones estadounidenses y las posibilidades de exportación a un mercado estadounidense restringido para otros socios, el Reino tiene los activos para aprovechar esta nueva era económica y salir ganador.
