“Miré el árbol y fui hacia él”, explica el hombre no sin humor. Este parapentista, de 57 años, aprovechó el paraje de Saint-Michel-en-Grève este miércoles 5 de junio. Pero su viaje en el aire terminó cuando quedó atrapado accidentalmente en la copa de un árbol, alrededor de las 11:30. Nueve bomberos del equipo de rescate en ambientes peligrosos (SMP), de los centros de Lannion, Saint-Brieuc, Plestin-les -Grèves, Le Perray, les Ébihens y Bgard, fueron a Tréduder (Côtes-d’Armor) para rescatarlo. Una operación de rescate tan insólita como delicada.
Un error por descuido
El parapente, originario de Normandía, región de Le Havre (Sena Marítimo), impactó contra la copa de un pino a unos quince metros de altura, en el bosque, no lejos de la Route de la Grève. Fueron los otros parapentes quienes dieron la alarma. Cuando llegó la ayuda, el hombre se encontraba en una situación muy inestable y sólo estaba sujeto por la vela. Sólo pudo ser liberado a primera hora de la tarde, después de permanecer atrapado durante tres horas, colgado de un árbol.
“No tuve miedo”, confió éste. Aunque tiene experiencia (lleva ocho años practicando parapente), el cincuentón admite haber cometido un error por descuido. “Sabemos que es un deporte de riesgo, siempre hay que tener cuidado”. él admite. Después de permanecer en el aire durante tres horas, realizó un rápel con la ayuda de los bomberos. Salió ileso.
Al venir a volar a Côtes-d’Armor con otros miembros de su club, descubrió el lugar Tréduder. Tras este percance, se tomará un descanso, pero nada que le frene más. A partir de este jueves, el cincuentón pretende surcar nuevamente los cielos costarricenses.