“La última vez, cuando los primeros cortaron la línea en Les Sables, me dije: se acabó, van a cerrar la sala, fin del baile. Entonces sabes que no vas a ganar”. La frustración de tener que dar media vuelta hace cuatro años, tres días después de la salida para reparar y marcharse nueve días después, ha pasado. Jérémie Beyou está al comienzo de su quinta Vendée Globe y parece tranquilo. “Allí también hay una dinámica diferente con un barco nuevo. Aparte de la experiencia que hemos podido acumular en esta gira mundial, no queda mucho”.
Siempre motivado
Desde entonces, ha desarrollado una nueva máquina para intentar alcanzar su santo grial. “En la preparación, la idea es intentar ganar. El barco tiene que aguantar, eso es obvio. Pero también tiene que ir rápido para ser uno de los potenciales ganadores de la Vendée Globe, conmigo a bordo. Después, soy uno de los mejores para saber que esto no sucederá porque uno lo desee”, afirma Jérémie Beyou.
Lleva mucho tiempo soñando con la Vendée Globe. ¡Correr forma parte de su vida desde hace más de 16 años! Esta vez tiene un enfoque ligeramente diferente: “Escenarios y los más improbables, hay tantos como uno podría inventar. Estoy motivado, he puesto todo en preparación para esta Vendée Globe y, al mismo tiempo, tengo la conciencia de que esta carrera es especial y de que cualquier cosa puede pasar”.
“Tal vez había perdido esa noción del placer”
Otra noción (re)aparece entre el patrón: el placer. “Cuando regresé de mi última vuelta al mundo me dijeron: lo tuyo es el mar. De repente me di cuenta de que aunque sea duro, aunque tu conciencia te diga que te puede ir mal, el entorno en el que estás. Sentirse bien es importante. Quizás había perdido de vista el concepto de placer. Quizás sólo existió el resultado y la presión del resultado”, dice Beyou, quien continúa: “El deseo por el resultado todavía está ahí. Pero hay que divertirse en el agua. Me da más serenidad, pienso menos en las cosas negativas que podrían pasar”.
Una serenidad sumada a una gran experiencia que podría marcar la diferencia: “Es un ambiente personal, está lleno de pequeños detalles… es un poco más de sabiduría (risas). Eso no impedirá que golpee mi barco y pierda los estribos una o dos veces. ¡Pero antes soy más zen! », especifica además.
“Logra controlar el barco”
En casi todos los podios de carreras con su plan Manuard, no ganó en 2023 y 2024, pero se siente mejor, menos estresado y está encantado de haber encontrado los mandos de su Imoca, aunque precisa que “en cada salida, descubre más: “Te complace encontrar actitudes menos desafiantes y lograr tener el control. Los barcos no son fáciles de controlar, ajustar o equilibrar. Siguen siendo barcos complejos. También en esto la experiencia nos permite detectar cosas que no funcionan como deberían”. Para evitar salirse de la carretera. Entonces, ¿es este el año o nunca para el doble ganador del Solitario del Fígaro? “El nivel ha aumentado porque hicimos establos de dos barcos. Seguimos navegando a la espera de los próximos barcos. Los demás también, en particular Charlie (Dalin) y Thomas (Ruyant). Pero estoy convencido de que me dará puntos de confianza. Este es el nuevo trato”.
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