Un nuevo capítulo bajo Trump II

Un nuevo capítulo bajo Trump II
Un nuevo capítulo bajo Trump II
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La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, acompañada de una mayoría republicana en el Congreso y el Senado, está configurando un nuevo panorama para el Reino, con su aliado estadounidense. Esta situación política abre una ventana de oportunidad excepcional para Marruecos, particularmente en lo que respecta a la resolución del conflicto del Sáhara.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, junto a un Congreso y un Senado dominados por los republicanos, representa un punto de inflexión histórico en Estados Unidos. Esta configuración política, que debería durar al menos dos años, ofrece a Marruecos un contexto favorable para una resolución definitiva de la cuestión del Sáhara.

El apoyo estadounidense, bajo los auspicios de Trump II, es aún más crucial porque va acompañado de un alineamiento sin precedentes en el Consejo de Seguridad. Estados Unidos, como “portaplumas”, se alinea con la posición de Francia, que apoya desde hace tiempo el carácter marroquí del Sáhara y el plan de autonomía. Esta convergencia de puntos de vista entre las dos potencias occidentales fortalece considerablemente la posición de Marruecos.

La nueva administración estadounidense podría adoptar un enfoque decisivo que contrastará con la posición más vacilante de los demócratas. La capacidad de Trump para ejercer presión sobre actores hostiles a Marruecos, como Argelia y el Polisario, representa un activo valioso para el Reino.

La victoria de Trump, iniciador de los Acuerdos de Abraham y del reconocimiento del carácter marroquí del Sáhara, podría ofrecer a Marruecos un apoyo en el Consejo de Seguridad. La implementación del plan de autonomía como única solución al conflicto podría así hacerse realidad, poniendo fin a un largo enfrentamiento diplomático.

El apoyo de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y actor histórico en la región, ya está resultando un logro decisivo para Marruecos. París, que reconoce el carácter marroquí del Sahara y apoya el plan de autonomía desde 2007, se alinea con la posición estadounidense, reforzando así la dinámica a favor de Marruecos.

España, como antigua potencia colonial del territorio, también se sumó a la posición marroquí, reconociendo la marroquidad del Sáhara y apoyando el plan de autonomía. Esta convergencia de puntos de vista entre las tres potencias ofrece un sólido apoyo a Marruecos en la escena internacional.

La política exterior de Trump en la región, influida por la de su yerno Jared Kushner, podría adoptar un enfoque agresivo, tanto en el Consejo de Seguridad como en términos de sanciones destinadas a debilitar a países tradicionalmente hostiles a Marruecos y pro-polisario.

Una dinámica contrastante

El contraste entre las políticas de Trump y las de su predecesor, Joe Biden, es marcado. Mientras Trump se mostró partidario de una resolución definitiva del conflicto del Sáhara, Biden prefirió un status quo, favoreciendo un “proceso político” interminable, liderado por el representante especial de las Naciones Unidas, Staffan de Mistura.

Los demócratas, sensibles al ala izquierda del partido, favorecieron un enfoque de apaciguamiento hacia Argelia e Irán, siendo su prioridad la estrategia de pivote hacia Asia-Pacífico para contrarrestar a China.

En otra dimensión, la llegada de Trump al poder y su carácter proteccionista están generando preocupaciones para la economía marroquí. El cuestionamiento de la Inflation Reduction Act (ley estadounidense para la reducción de la inflación), destinada a promover la producción estadounidense y limitar las importaciones de productos chinos, podría afectar a la estrategia exportadora de Marruecos hacia los Estados Unidos. Ante esta probabilidad, Marruecos podría anticipar estos desafíos y adaptar sus estrategias de lobby y exportación para preservar sus intereses económicos.

El próximo período promete ser decisivo para Marruecos, que deberá demostrar diplomacia, adaptación y pragmatismo para aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva administración estadounidense y superar al mismo tiempo los desafíos que se le presenten.

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