lo esencial
Los costes relacionados con los funerales siguen aumentando espectacularmente en Francia, tanto por la inflación como por el aumento de los servicios exigidos a los directores de funerarias, que niegan querer hacer de la muerte un negocio. Su imagen entre los franceses sigue siendo excelente.
Definitivamente, el aumento de los precios no perdona a ningún sector, ni siquiera a la muerte. En el momento del último adiós a un ser querido fallecido, las molestias financieras y administrativas de organizar el funeral pueden mezclarse con el dolor. El resultado es una factura especialmente elevada, que sigue aumentando con los años.
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Así, en 2023, según un estudio muy reciente realizado por Silver Alliance, en colaboración con Simplfia, con motivo de Todos los Santos, el coste medio de los funerales en Francia ascendió a… 4.730 euros. Una cantidad comparable a los 3.815 euros encontrados en 2019 en una encuesta de UFC-Que Choisir, lo que refleja un aumento del 24% en cuatro años, dos veces más rápido que la inflación (+ 12,8% en el período). Ya en 2019, la asociación de consumidores destacó que los precios de los funerales estaban aumentando tres veces más rápido que la inflación, sugiriendo que el sector parecía permitirse imponer precios abusivos.
Anticipar para controlar mejor
Acusaciones que el mercado funerario rechaza de plano, citando los importantes rebrotes que ha tenido que afrontar en los últimos años: encarecimiento de las materias primas (madera para ataúdes) y de los arreglos florales; mayor energía (para la cremación); intensificación de las normas medioambientales… Todo ello debe ir correlacionado con la evolución de las demandas de los clientes, que exigen cada vez más apoyo en sus trámites y en los servicios contratados: alquiler de salas, cobertura total de funerales, ceremonias personalizadas, trámites administrativos…
En un contexto difícil para los franceses, que prestan cada vez más atención a sus gastos, todavía no se trata de reducir los sacrificios que están dispuestos a hacer para rendir un último homenaje a sus difuntos, ni siquiera de cuestionar la sinceridad del funeral. establecimientos. Según un estudio encargado por la Federación Nacional de Funerarias (FNF) a finales de año, el 91% de los franceses se declaran satisfechos con los servicios de los directores de funerarias. Para una cuarta parte de ellos, el índice de satisfacción incluso aumentó después de organizar un funeral.
Hay que decir que los franceses planifican cada vez más, la gran mayoría para controlar los costes y evitar la carga de los seres queridos de tener que organizar -y a veces pagar- sus funerales: el 40% de las operaciones funerarias que se realizarán en 2024 estuvieron cubiertas por el un contrato funerario, según la investigación del FNF. Una cifra creciente (+ 4 puntos), al igual que la elección de la cremación (43%, + 3 puntos), que ilustra, según la encuesta, la creciente importancia de las cuestiones ecológicas entre la población.
Disparidades geográficas y tasas obligatorias
Por tanto, la anticipación parece ser la forma más eficaz de evitar cualquier dificultad, ya sea administrativa (cierre de cuenta, transferencia de dinero, etc.) o financiera. Porque “cada persona se enfrentará a una media de dos muertes en su vida y es importante prepararse para ellas”, subraya Maxime Nory, director general de Simplfia.
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Los imponderables quedan. Algunos gastos son obligatorios, como la compra de un ataúd o los gastos relacionados con el transporte del cuerpo, que sólo es posible con un vehículo y personal homologados.
La ubicación geográfica también influye. Así, según la encuesta de Silver Alliance, los funerales cuestan de media mucho más en Normandía (5.350 euros) que en Occitania (4.361 euros). Una diferencia que se explica tanto por el coste de la vida, más elevado en algunas regiones (en París, las concesiones cuestan más, por ejemplo), como por una elección de ceremonias más “modestas”.