“Lina se va a casa”. Fue una oración y un mantra del que sus seres queridos sacaron fuerzas. Lina no va a volver pero podrá dormir con su familia para siempre. Sobre todo, su nombre no se añadirá a la lista demasiado larga de mujeres que quisimos desaparecer, borrar de la faz de la tierra y que nunca hemos encontrado. Y se lo debemos “a la perseverancia de los gendarmes” de la sección de investigación de Estrasburgo, recordó ayer a Plaine la alcaldesa del pueblo, Patricia Simoni.
“Teníamos muchas esperanzas de traerla de vuelta”
La electa admite, como muchos, que después de las diversas búsquedas llevadas a cabo este verano, temía “no encontrar a Lina”. Decir que el descubrimiento de su cuerpo es “un alivio” sería “no bienvenido”, pero “perder a un hijo y no saber qué le pasó ni dónde está, es lo peor que puede pasar”, repite el elegido. funcionario de un pueblo –y de un valle– que vive con este asunto desde hace más de un año.
Para los familiares del adolescente, reunidos en el seno de la asociación Les Bonnes Etoiles de Lina, el jueves fue un día de asombro y aún no había llegado el momento de poner palabras al dolor. El de pensar menos aún en el futuro. “Teníamos muchas esperanzas de traerla de vuelta”, dice Kathy Dibling, secretaria de la asociación y amiga de Fanny Groll, la madre de Lina, durante muchos años. Para ella, como para quienes rodean a diario a los seres queridos de Lina desde hace meses, por el momento se trata de “unirse como una unidad en torno a la familia”. Estar ahí, de pie, para apoyar. Llorar es, hoy, una esperanza que se apaga. Por un tiempo, está sobreviviendo más que viviendo. Mañana será un recuerdo que recordar y una batalla que librar contra el ciberacoso del que fueron víctimas la joven y su familia.
“Pensar que estaba sola allí”
Sabrina Bolce también tenía la esperanza de encontrar a Lina a distancia. Con dos amigos, tras las importantes cacerías de los primeros días, este vecino de Rothau examinó durante meses hectáreas de bosque en busca de la más mínima pista, bajo la lluvia o la nieve. “En el fondo sospechaba que Lina ya no estaba en este mundo” pero la noticia de su descubrimiento “me puso patas arriba. Pensar que estaba sola ahí…” susurra el que tanto la buscaba. “Perder a un hijo es terrible, pero así… Ningún padre debería pasar por eso”.
“Que se puedan dar tantas respuestas como sea posible a la familia”
Para el pueblo de Plaine, este resultado, por dramático que sea, marca el final de un largo año marcado por los altibajos de la investigación. Con sus ritmos, sus búsquedas, sus diversas pistas. Por supuesto, “se hablaba de esta desaparición cuando aparecía un elemento nuevo”, pero la vida siempre seguía su curso, explica Patricia Simoni. Y si bien los habitantes están claramente conmovidos por el descubrimiento del cuerpo de Lina, que temían tanto como esperaban, no hay ningún estado de shock. “El subprefecto me dijo que si fuera necesario podría poner a nuestra disposición una unidad de asistencia psicológica, pero por el momento no hay ninguna solicitud”, continúa el electo. Desde el verano y la identificación de un sospechoso, el resultado parecía cada vez más inevitable y la mayoría de los aldeanos lo esperaban.
Por el momento no se ha anunciado ninguna reunión y será sin duda en el momento del funeral, cuando haya pasado el momento del peritaje judicial, cuando los vecinos querrán mostrar su compasión y solidaridad. Hasta entonces, todos esperan, como su alcalde, que “se puedan dar a la familia tantas respuestas como sea posible”.
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