La revolución agrícola en Marruecos.

La revolución agrícola en Marruecos.
La revolución agrícola en Marruecos.
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La política agrícola de Marruecos se centra en una gestión prudente y estratégica de los recursos naturales, una mayor modernización de las prácticas agrícolas y la apertura a los mercados extranjeros, al tiempo que fortalece la resiliencia al cambio climático. Estos esfuerzos sitúan a Marruecos a la vanguardia de la agricultura sostenible y resiliente en la región MENA.

La política agrícola de Marruecos, a pesar de los desafíos impuestos por las sequías recurrentes y las condiciones climáticas adversas, destaca por su solidez y adaptabilidad, lo que ilustra un modelo de resiliencia e innovación. Su objetivo es maximizar la productividad de la agricultura marroquí preservando al mismo tiempo los recursos naturales.

De hecho, en 2023, a pesar de una disminución de las cantidades enviadas, Marruecos registró un aumento notable de los ingresos generados por las exportaciones de hortalizas frescas. Estos generaron casi 1.600 millones de dólares, lo que supone un aumento del 12 % en comparación con el año anterior y un salto de casi el 50 % en comparación con el promedio de cinco años.

Este comportamiento es tanto más notable cuanto que el volumen exportado experimentó una caída del 14%, situándose en 1,06 millones de toneladas, al tiempo que muestra un aumento del 5% respecto a lo normal de los últimos cinco años. En el centro de esta dinámica, los tomates de invernadero desempeñaron un papel destacado, representando casi las tres cuartas partes de los ingresos totales del reino procedentes de la exportación de hortalizas frescas.

A pesar de las duras condiciones climáticas, con temperaturas estivales especialmente elevadas que redujeron las exportaciones de estos tomates un 11% hasta las 660.000 toneladas, Marruecos pudo mantener su posición como tercer exportador mundial de tomates frescos, detrás de México y los Países Bajos, con unos ingresos de alrededor de 1,2 dólares. mil millones.

Los pimientos dulces, que siguen ocupando el segundo lugar en términos de ingresos por exportaciones, vieron aumentar su volumen un 4% hasta alcanzar las 174.000 toneladas, mientras que su contribución financiera se disparó un 55%, alcanzando un máximo de 230 millones de dólares. Esta categoría de hortalizas de invernadero demuestra una notable solidez en el mercado internacional. Los siguientes en la lista de hortalizas más lucrativas, los calabacines y las calabazas (aunque estas últimas representan una pequeña fracción del total) mostraron una estabilidad impresionante tanto en volumen como en valor. En 2023, Marruecos exportó 47.000 toneladas de estos productos, generando 45 millones de dólares.

Los pepinos de invernadero ocuparon la cuarta posición, enriqueciendo la economía marroquí en 23 millones de dólares. Esta categoría demostró el crecimiento más rápido, con un aumento de valor del 60% en comparación con el año anterior. A esto le siguieron diversas hierbas y hortalizas, como el perejil y el estragón, que juntas recaudaron 14 millones de dólares.

Las zanahorias, las cebollas, el maíz dulce y diversas variedades de brassicas también contribuyeron significativamente a los ingresos por exportaciones, poniendo de relieve la diversidad y la resiliencia del sector hortícola marroquí frente a los desafíos climáticos y económicos.

Estos resultados ilustran no sólo la capacidad de adaptación y competitividad de Marruecos en el mercado internacional de hortalizas frescas, sino también su potencial para optimizar el valor de sus exportaciones a pesar de las reducciones de volumen, una estrategia que podría servir de modelo para otros sectores económicos del Reino.

La política agrícola marroquí se centra en dos pilares principales: aumentar el valor añadido agrícola de las exportaciones mediante el apoyo a cultivos de alto valor añadido y el apoyo a la agricultura solidaria, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pequeños agricultores en las regiones montañosas o áridas. Al mismo tiempo, Marruecos está desarrollando gradualmente sus sectores de agricultura orgánica y ecorresponsable, al tiempo que integra la dimensión climática en sus políticas agrícolas a través de planes de adaptación al cambio climático.

Además, Marruecos ha abierto los mercados internacionales a los agricultores mediante acuerdos de libre comercio con varios socios, aumentando así los ingresos por exportaciones. Estas iniciativas demuestran la capacidad de adaptación y competitividad de Marruecos en el mercado internacional, al tiempo que promueven una agricultura sostenible y resiliente. La clara voluntad del Reino de aumentar los ingresos por exportaciones a pesar de la caída de los volúmenes es testimonio de la efectividad de estas estrategias y bien podría servir como modelo para otras naciones que enfrentan desafíos similares.

Marruecos también es proactivo a la hora de integrar la dimensión climática en sus políticas agrícolas con el Plan de Adaptación al Cambio Climático en la Agricultura. Lanzado recientemente, este plan tiene como objetivo reducir la vulnerabilidad del sector agrícola a los impactos climáticos a través de acciones específicas. Uso de modelos predictivos y alertas tempranas para anticipar los peligros climáticos y permitir a los agricultores prepararse y adaptarse en consecuencia.

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