En Chambéry, Saboya (73), un gato llamó la atención de los vecinos y de los transeúntes en el parque Calamine, situado cerca del centro de la ciudad.
En un fresno, encaramado a 25 metros de altura, el animalito grita y maúlla sin cesar, porque evidentemente no sabe cómo bajar.
Los vecinos se movilizan
Preocupados por el futuro del gato, los vecinos del lugar se movilizaron rápidamente para intentar ayudarlo. Tras instalar una lona al pie del árbol para limitar las lesiones en caso de caída, se pusieron en contacto con un equipo de bomberos especializados para subir al árbol.
Desafortunadamente, este árbol es atacado por hongos, lo que lo hace demasiado frágil, y la altura a alcanzar no permitiría a los trepadores estar seguros.
Tras enfrentarse a las negativas de los bomberos y de diversas asociaciones protectoras de animales, los vecinos no se dieron por vencidos y finalmente contactaron con un podador de árboles que aceptó esta misión de rescate. Este jueves 11 de abril, durante 2 horas, el hombre intentó atrapar al animal, que se refugiaba en ramas cada vez más frágiles.
Gracias a su tenacidad, el hombre llamado François finalmente logró poner sus manos sobre el felino, quien se lo agradeció siseando vigorosamente. Colocado en su mochila, pudo bajar sano y salvo a tierra firme.
Las personas movilizadas por este gato habían recaudado una suma de dinero para costear la intervención: con el corazón en la manga, el podador se negó a cobrar por este rescate y prefirió utilizar el dinero para financiar la consulta veterinaria de un gato que está deshidratado, hambriento y exhausto.
En el veterinario el animal resultó ser una pequeña hembra, de entre 4 y 7 años de edad y no identificada. Al no ser reclamada, pronto debería ser adoptada por personas que se sintieron conmovidas por su historia.
