Los dos amigos, el envenenamiento y el dolor insoportable: “Una crueldad pocas veces lograda”

Los dos amigos, el envenenamiento y el dolor insoportable: “Una crueldad pocas veces lograda”
Los dos amigos, el envenenamiento y el dolor insoportable: “Una crueldad pocas veces lograda”
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El caso casi no tiene precedentes en los anales jurídicos belgas. Los inicios se remontan a agosto de 2021. Gaël sufre dolores insoportables, hasta el punto de que sus gritos, en plena noche, se escuchan en los apartamentos vecinos. Acude a urgencias, que no encuentra nada. Vuelve atrás: los médicos piensan en dolores psicosomáticos.

Finalmente será hospitalizado en los días siguientes. Casi nunca salió del hospital hasta el verano siguiente. Se somete a examen tras examen. Los médicos creen que están diagnosticando el síndrome de Guillain-Barré, una rara enfermedad en la que el sistema inmunológico del paciente ataca los nervios periféricos. La mayoría de las personas afectadas se recuperan.

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Y, de hecho, con el paso de los meses, la salud de Gaël mejora. Antes de mayo de 2022, los médicos notan una recaída. Lo cual es imposible para esta condición. Se están realizando nuevos exámenes. Y el diagnóstico cae: se trata de una intoxicación por talio. Un nuevo examen de los análisis de sangre revela que Gaël pudo haber sufrido seis intoxicaciones, la primera de las cuales data de agosto de 2021.

¿Pero quién podría haber estado tan enojado con Gael? No tenía enemigos. Lógicamente, sólo puede tratarse de alguien que visitó a Gaël en el hospital. La investigación apunta a Jean-François que, un año antes, compró talio. Perfectamente inodoro e incoloro, el talio es extremadamente tóxico. Su ingestión es mortal con menos de un gramo.

Sin embargo, Jean-François lo compró dos veces en 2021, por un total de 600 gramos a un precio de 1.600 euros. Estas compras son extremadamente raras: el talio no tiene ningún uso biológico conocido. Uno de los pocos proveedores no los vende una vez al año. Otro no ha vendido ninguno desde 2011.

Un perfil poco tranquilizador

Jean-François, que ahora tiene 33 años, cumplió 21 meses de prisión preventiva, ocho de ellos bajo un brazalete electrónico. Esta vigilancia electrónica fue levantada tras un error de procedimiento. Sus computadoras estaban peladas. Se notaron conversaciones inquietantes, pero a veces muy antiguas, como cuando le dijo a un amigo en 2014: “Tengo estándares de maldad tan altos que no me doy cuenta”.

Más preocupante es que encontramos capturas de pantalla tomadas en 2020 donde registra un “Top 10 de los venenos más difíciles de detectar para matar sin que te pillen” o que está investigando a Graham Young, un asesino en serie que envenenaba a sus víctimas con talio. “Tengo curiosidad por todo”le dijo al presidente que lo interrogó el miércoles por la mañana.

Para el fiscal, Jean-François, si es absuelto, es perfectamente capaz de reincidir.

Jean-François, ingeniero bioquímico, tiene la respuesta a todo. ¿Pero comprar talio? Según explica, era para deshacerse de las ratas que infestaban el chalet que sus padres pensaban vender en breve en Heist-op-den-Berg. Según él, hizo una especie de “sándwich de jamón” para atraer a la rata: extendió una loncha de jamón, la espolvoreó con 30 gramos de talio y colocó encima una segunda loncha de jamón. Luego recortó pequeños cuadrados que dejó en lugares estratégicos. Habría utilizado 300 gramos, lo que, según calcularon los expertos, era una dosis letal para 92.562 ratas.

“Una crueldad pocas veces lograda”

La parte civil, que interviene en este expediente”una crueldad raramente lograda” No creas ni una palabra. André Risopoulos lo subrayó: se conoce el arma homicida, se conoce quién la compró. El autor sólo puede ser Jean-François.

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Y su colega, Aurélie Verheyles, señala que Jean-François iba regularmente a la cama de su mejor amigo y le llevaba un pudín, un tarro de tiramisú casero y zumo de uva donde podría haber mezclado el talio. Y añadir que bien podría haber empapado en talio el jabón y la crema para la piel utilizados en el hospital Erasmus para aliviar a Jean-François y en los que también se observaron restos de talio.

El fiscal está igualmente convencido de la culpabilidad de Jean-François. Al igual que la parte civil, no puede alegar un motivo. Pero está convencido de la peligrosidad de Jean-François quien, según le oyó decir, si fuera absuelto sería “perfectamente capaz de hacerlo de nuevo y aprender de tus errores para que no te atrapen de nuevo”.. Solicitó al tribunal de sentencia 20 años de prisión y 10 años de libertad.

Por la defensa, señora Clémence Purnelle, nosotros “mira el expediente con las gafas de la culpa”. Y todos los elementos no permiten establecer la culpabilidad de Jean-François más allá de toda duda razonable.

Últimas líneas la próxima semana.

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