El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó el martes a Irán de entregar misiles a Rusia para atacar Ucrania “en las próximas semanas”, y anunció que viajará a Kiev esta semana con su homólogo británico, David Lammy.
“Rusia ya ha recibido suministros de estos misiles balísticos y probablemente los utilizará en las próximas semanas en Ucrania contra los ucranianos”, dijo el Secretario de Estado estadounidense en una conferencia de prensa en Londres.
Agregó que Estados Unidos y sus aliados tomarán inminentemente nuevas sanciones contra Teherán, particularmente contra la aerolínea nacional Iran Air.
Según él, decenas de militares rusos se han entrenado en Irán en el uso del misil balístico Fath-360, que tiene un alcance de 120 kilómetros.
“Hemos advertido a Irán en privado que esta medida constituiría una escalada dramática”, dijo Blinken.
El lunes, la Unión Europea aseguró que Occidente tenía “información creíble” sobre los envíos de misiles balísticos iraníes a Rusia.
“El nuevo presidente y el ministro de Asuntos Exteriores iraníes han dicho en repetidas ocasiones que quieren volver a relacionarse con Europa. Quieren que se alivien las sanciones. Acciones desestabilizadoras como estas tendrán exactamente el efecto contrario”, advirtió Blinken.
Viajará a Ucrania con el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, “esta semana”.
“Somos los aliados más cercanos, por lo que estoy encantado de que viajemos juntos, demostrando nuestro compromiso con Ucrania”, dijo Lammy.
– “Altamente” alineado –
La visita de Antony Blinken se produce antes de la de Keir Starmer a la Casa Blanca el viernes. Es el segundo viaje del primer ministro laborista a Washington desde que llegó al poder a principios de julio tras 14 años de gobierno conservador.
Si bien la “relación especial” entre Estados Unidos y el Reino Unido ha perdurado a pesar de las diferencias partidistas, históricamente se ha considerado que los demócratas están más cerca del Partido Laborista que de los conservadores.
Pero para Keir Starmer, un alineamiento total con los demócratas podría resultar arriesgado dos meses antes de las elecciones estadounidenses.
Kamala Harris ha vuelto a movilizar al campo demócrata tras su tardía entrada en la campaña para sustituir a Joe Biden, pero sigue cabeza a cabeza con el candidato republicano Donald Trump.
Keir Starmer ha dicho en repetidas ocasiones que mantendrá la postura de su predecesor conservador, que apoyó firmemente a Ucrania contra Rusia. Londres es uno de los principales aliados de Kiev.
Gran Bretaña dijo el viernes que suministraría 650 sistemas de misiles a Ucrania para ayudarla a fortalecer sus defensas aéreas, luego de las críticas del presidente Zelensky sobre el ritmo de las entregas de ayuda militar a Kiev.
Con Estados Unidos, “nos comprometemos a reforzar nuestra alianza”, dijo David Lammy el lunes por la noche. “En un mundo más inestable y menos seguro, es aún más importante que seamos naciones altamente alineadas”.
Keir Starmer, sin embargo, ha adoptado una postura más dura que los conservadores británicos respecto a Israel.
La semana pasada, el gobierno laborista anunció la suspensión de alrededor de 30 de las 350 licencias de exportación de armas de Israel, afirmando que existía “un riesgo” de que se utilizaran violando el derecho internacional humanitario en el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza.
Estados Unidos se negó a criticar la decisión del Reino Unido, diciendo que su aliado tenía sus propios procedimientos de evaluación, aunque el Departamento de Estado estadounidense concluyó que no había razón para restringir las armas.
El gobierno laborista también abandonó los planes iniciados bajo los conservadores para impugnar la solicitud de una orden de arresto internacional contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante la Corte Penal Internacional.
Washington, que no es miembro de la CPI, había condenado por su parte esta solicitud.
