En el juicio a Peter Cherif, el testimonio de su ex pareja, “secuestrada y violada”, rompe el control del acusado

En el juicio a Peter Cherif, el testimonio de su ex pareja, “secuestrada y violada”, rompe el control del acusado
En el juicio a Peter Cherif, el testimonio de su ex pareja, “secuestrada y violada”, rompe el control del acusado
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Sefen Guez Guez, abogado de Peter Cherif, ante el tribunal especial de lo penal en París, el 16 de septiembre de 2024. BERTRAND GUAY/AFP

Peter Cherif tenía previsto guardar silencio el martes 17 de septiembre, segundo día de su juicio ante el Tribunal Especial de lo Penal de París. “No responderé preguntas, señora Presidenta.”Se opuso cortésmente, con los brazos cruzados y la mirada baja, a cada intento del tribunal de sondear su personalidad, a lo que estaba dedicado este día.

Con su traje gris, corbata negra y silencios calculados, este veterano de la yihad de 42 años, con falso aire de banquero, que luchó en Irak antes de pasar siete años en las filas de Al Qaeda en la Península Arábiga, en Yemen, creyó haber tomado el control de la audiencia. Esta figura del terrorismo islamista debe responder en particular por su papel en el reclutamiento, por parte de Al Qaeda, de su amigo Chérif Kouachi, para perpetrar el atentado del 7 de enero de 2015 contra Charlie Hebdo.

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A Peter Cherif le gusta tener la sartén por el mango, sobre las situaciones y sobre las personas. Durante toda la mañana, nadie, ni el tribunal ni el fiscal, había conseguido sacarle una palabra. Y entonces, cuando se reanudó el proceso tras la pausa para el almuerzo, una jovencita menuda con una blusa floreada hizo añicos su estrategia de defensa. Fatma A. estaba bajo la influencia del acusado. Se liberó de él en el banquillo de los acusados ​​de forma espectacular y el muro de silencio se derrumbó.

El marido y el hermano

Al principio, pensamos que no lo lograría, que este juicio estaba condenado a ser escuchado entre las palabras no dichas de unos y el terror de otros. Apenas había cruzado el umbral de la sala del tribunal cuando Fatma A., de 32 años, sufrió un ataque de pánico y volvió a esconderse en la sala de testigos. “No puedo”, “No puedo”Se la oyó sollozar, pero luego encontró fuerzas, regresó al gran salón, se arrastró con dificultad hasta el bar y el público se vio envuelto en un torrente de palabras, lágrimas, vida y risas.

Fatma A. es una ex prisionera. “sobreviviente”Ella dijo. Durante cuatro meses en 2009, estuvo casada religiosamente con Peter Cherif. Cuatro meses de “violencia”, de “violaciones” y de “secuestro”Es la primera vez que cuenta la historia de esta pesadilla ante un tribunal penal. Respira profundamente.

“¿Viviste con Peter Cherif?”comienza la presidenta, Frédérique Aline.

“Sí, cuando era menor de edad.”La joven dice enérgicamente.

El tono está dado. Fatma vivió el infierno, prisionera de dos “putrefacción” : su hermano mayor, Boubaker El-Hakim, uno de los yihadistas franceses más temidos, que reinaba el terror en la casa familiar, y un amigo de este último, el acusado Peter Cherif. Ella vino a contar en voz alta lo que estos dos hombres, que habían luchado unos años antes en Irak, le habían hecho en las habitaciones cerradas de dos apartamentos en la calle 19 demi distrito de París.

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