El calentamiento global y la sobreexplotación de las aguas subterráneas han tenido un fuerte impacto en el Reino, provocando un importante estrés hídrico. Ante esta situación, es necesario cambiar el paradigma adoptando un plan nacional para la preservación del agua y capacitando a jóvenes agricultores en la gestión del agua. Un consumo razonable de agua en la agricultura podría ser la clave para superar este déficit.
La escasez de agua en Marruecos es el resultado de una sequía endémica que persiste desde hace seis años. Esta crisis de estrés hídrico podría aliviarse mediante un cambio de paradigma, que implique la introducción de herramientas innovadoras, el desarrollo de la investigación agrícola y la formación de jóvenes talentos. Se necesita una voluntad política inquebrantable para ganar esta batalla contra las devastadoras consecuencias de la escasez de agua.
Los riesgos relacionados con la disponibilidad de agua seguirán aumentando en Marruecos, debido a las escasas precipitaciones debidas al calentamiento global y a la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Las cifras oficiales indican una reducción del 70% en los volúmenes promedio anuales de agua recibidos en los últimos cinco años, en comparación con un año normal.
Lea también: Nizar Baraka alerta del alto riesgo de estrés hídrico en 2040
El sector agrícola, actor clave de la economía marroquí, se ve especialmente afectado por esta crisis del agua. Según los expertos, la falta de agua en Marruecos tiene un origen estructural y resulta de dos conjuntos de causas complementarias: la continua disminución del suministro de agua, debido a los efectos del cambio climático, y un notable aumento de la demanda de agua.
Para contrarrestar el estrés hídrico, los especialistas recomiendan un cambio de paradigma centrado principalmente en controlar la demanda (revisión a la baja de las ambiciones del sector agrícola y fin de la idealización de la agricultura de regadío como motor de desarrollo económico en un país árido a semiárido) en lugar de que un aumento indefinido de la oferta, incluso procedente de recursos no convencionales (reciclaje de aguas residuales, desalinización de agua de mar, etc.).
Una fuerte voluntad política y la movilización de la investigación agrícola constituyen otra palanca importante en la lucha contra el estrés hídrico. También es esencial promover la formación en todas las edades, con el fin de desarrollar generaciones de jóvenes rurales que no se limiten a empleos agrícolas con ingresos inciertos, dadas las limitaciones de agua. Una iniciativa de política nacional sería clave para financiar programas de investigación interdisciplinarios en diferentes áreas que, en colaboración, podrían ayudar a resolver el complejo problema de la escasez de agua.
#Maroc
