A veces son los únicos vestigios que quedan de determinadas obras medievales: trozos de pergamino reducidos a fragmentos y escondidos en las encuadernaciones de libros antiguos. Si el patrimonio que contienen parecía (casi) definitivamente desaparecido, un nuevo método, desarrollado por un investigador de la Universidad de Leiden (Países Bajos), podría permitir recuperarlo. En la revista Fragmentology del 20 de diciembre de 2024, el profesor asociado de literatura inglesa medieval Thijs Porck describe cómo, con la ayuda de una cámara, logró capturar textos ocultos en obras de los siglos XVI y XVII.
Secretos de las encuadernaciones modernas
En estos momentos, el pergamino nuevo, elaborado con pieles de animales especialmente tratadas, es caro. Por eso, para evitar gastos adicionales, los encuadernadores prefieren reciclar los materiales existentes. Recurren a manuscritos medievales que ya no se consideran útiles o relevantes; copias de textos religiosos, documentos administrativos u obras literarias obsoletos. De él se elaboran tiras de pergamino que se insertan en las tapas o entre los cuadernos para solidificar sus nuevos libros.
Cuando los historiadores y conservadores los encuentran restaurados (y a veces desmantelados), su redescubrimiento es hoy una valiosa fuente de información sobre la Edad Media. Pero muchos de estos fragmentos permanecen invisibles o fragmentados, escondidos en las encuadernaciones. Aquí es donde el método del proyecto denominado “FragmEndoscopia” podría cambiar la situación, utilizando una simple cámara endoscópica.
Básicamente, esta cámara microscópica está destinada a la inspección de cañones de armas. Sin embargo, su pequeño diámetro y sus espejos lo hacían particularmente adecuado para un tipo de “cirugía de ojo de cerradura”, que, en medicina, permite operar a una persona mediante pequeñas incisiones en lugar de una gran abertura. En última instancia, el principio es exactamente el mismo para un libro antiguo: “explorado” sin sufrir daños.
¿Una revolución en el estudio de los manuscritos?
El profesor Thijs Porck exploró así los rincones de varias publicaciones de los siglos XVI y XVII, conservadas en la biblioteca de la Universidad de Leiden y en los Archivos de Holanda Septentrional en Haarlem. Las imágenes (capturas de pantalla) obtenidas de los vídeos de las cámaras fueron, utilizando herramientas de información, ensambladas como un rompecabezas para crear una visión completa de los fragmentos medievales reutilizados como refuerzos en sus encuadernaciones.
Esta investigación resultó fructífera, ya que su autor logró sacar a la luz trozos de pergamino en holandés medio, hablado en los Países Bajos y en el norte de Bélgica entre 1150 y 1500. O incluso, un fragmento probablemente de un manuscrito religioso o litúrgico del siglo XIV. siglo, acompañado de notas musicales.
La técnica denominada “FragmEndoscopia” se distingue por su eficacia, pero también por su carácter. “práctico y asequible”indica Thijs Porck en un comunicado de prensa. Los enfoques anteriores para examinar fragmentos ocultos (o detectar posibles palimpsestos, textos borrados y reescritos sobre ellos) se basaban en el uso de rayos X, equipos costosos y procesos que requerían mucho tiempo. Una cámara endoscópica, mucho más económica, debería permitir obtener imágenes en apenas unos minutos.