“Error grave. Cómo nos engañaron los medios”, el libro maldito

“Error grave. Cómo nos engañaron los medios”, el libro maldito
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En todo este asunto, una cosa es segura: la esposa del alcalde tenía un ejemplar del libro. Peor aún, había comprado alrededor de diez para distribuir. No se trataba de denunciar su contenido. Ante la sala del consejo municipal, llena como un huevo a principios de abril, pidió disculpas. Pero ¿qué debemos pensar del marido de la esposa del alcalde? ¿La mera presencia del bombero en su residencia no le hace indigno de su puesto? Afirma no haberlo leído, expresa su disconformidad con su distribución por parte de su socio, con quien, precisa, no siempre está de acuerdo. Mejor aún, votó con los demás concejales para denunciar por unanimidad la infame obra. ¿Es suficiente?

Las demandas de dimisión cayeron ruidosamente, tanto desde la sala, donde había muchos aborígenes locales, como por parte de los concejales municipales mestizos y blancos. De momento, el elegido se resiste.

Esta tormenta tiene lugar en Quesnel, un municipio de 12.000 habitantes, en la Columbia Británica, vecino de comunidades indígenas. El libro se llama Error grave. Cómo nos engañaron los medios (y la verdad sobre las escuelas residenciales). Allí encontramos una colección de textos que desafían afirmaciones consideradas sagradas. El primer capítulo es del historiador quebequense Jacques Rouillard, quien señala que no se han descubierto restos humanos en Kamloops, donde hace tres años un estudio de radar sugirió su presencia.

Este descubrimiento provocó una ola de desaprobación nacional e internacional. Dieciséis comunidades sospecharon entonces la existencia de otros cementerios clandestinos. En los pocos lugares donde se han realizado excavaciones adecuadas no se han encontrado huesos. En el epicentro del terremoto, en Kamloops, la nación indígena local no da indicios de que permitirá excavaciones para confirmar o negar la presencia de huesos.

Error grave presenta la investigación de un archivero que indica que el huerto sospechoso fue previamente abierto para obras hidráulicas y que allí no se descubrió nada. El Ministerio federal de Relaciones Corona-Indígenas también ha contratado a una empresa danesa especializada en el estudio de fosas comunes y entierros para ofrecer sus servicios a las comunidades. Ninguno aceptado.

Error grave, que ocupa el noveno puesto entre los ensayos más vendidos en Amazon Canadá, se atreve a ir más allá. Pone en duda el rigor con el que la Comisión federal de la Verdad y la Reconciliación llevó a cabo su investigación sobre las escuelas residenciales, concluyendo que se trataba de un intento de genocidio cultural. El trabajo de la comisión es considerable, habiendo escuchado hasta 7.000 testimonios y examinado los archivos parciales disponibles. Pero los acusados ​​(las comunidades religiosas, las autoridades locales) no pudieron ofrecer contraargumentos ni realizar contrainterrogatorios.

La amplitud de los testimonios escuchados da fe de la existencia de malos tratos y de un deseo de asimilación. Sin embargo, el carácter inequívoco de la investigación no permite integrar todas las pruebas disponibles. ¿Qué hacer con los testimonios escritos positivos de los aborígenes que asistieron a escuelas residenciales, citados en Error grave ? La experiencia no fue traumática para todos. ¿En qué proporción fue? ¿Se solicitaron voces disidentes?

Hay casos documentados de clérigos que insisten en enseñar a los niños la lengua indígena y enfatizar las tradiciones y el calendario de su nación. ¿Cuál es su lugar en la historia? ¿Son extremadamente raros o frecuentes? Se habló mucho de los jóvenes obligados a pasar el invierno en escuelas residenciales. Pero ¿qué pasa con las familias que los inscribieron voluntariamente? El maltrato de los niños por parte de demasiadas personas religiosas es una de las grandes tragedias de la historia. Pero si tenemos que hablar de racismo, ¿no deberíamos determinar si este maltrato fue más común entre los no blancos que entre los blancos? Este análisis comparativo no existe.

Entendemos que el libro es inquietante. Hay firmas controvertidas, como la de Barbara Kay –no amiga de las minorías, incluida la minoría francófona– y el prefacio fue confiado al sulfuroso Conrad Black. Sin embargo, varios textos plantean preguntas fácticas y proporcionan elementos documentados, por ejemplo identificando, en cementerios ordinarios, a cientos de niños cuya desaparición sospechosa había informado la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.

Nos llevamos la impresión de un enorme desperdicio. Si la Comisión hubiera trabajado según las reglas del arte, en lugar de a la manera de la Inquisición, podríamos sentarnos sobre una verdad común real, sobreviviendo la prueba de la contradicción. Esta posibilidad ha quedado atrás. La negativa de las comunidades a permitir excavaciones independientes en lugares donde presumen la existencia de entierros constituye un escándalo en curso. El hecho de que la RCMP se esté lavando las manos es otra.

El gobierno federal se está preparando para actuar. El presupuesto proporciona 5 millones de dólares para “establecer un programa para combatir la negación de la realidad de las escuelas residenciales”. Ottawa está a la espera de propuestas destinadas a criminalizar la expresión pública de dudas sobre la historia del genocidio o la existencia de tumbas. Estamos a la espera de saber qué sanciones recaerán sobre los editores, vendedores o lectores de Error grave.

El caso de Quebec es especial. En primer lugar porque ninguna comunidad afirma haber identificado aquí este tipo de cementerio clandestino. El número de escuelas residenciales era menor en Quebec que en Occidente, al igual que su número de años de funcionamiento. Sería posible, y fructífero para el futuro de nuestras relaciones con los pueblos indígenas, que se formara una comisión de Quebec, junto con las Primeras Naciones, para explorar juntos, con un espíritu de investigación y un enfoque científico y comparativo, la historia internados verdaderos y verificados, secuestros, esterilizaciones forzadas y otras injusticias que ensombrecen nuestra historia reciente.

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