“El detective feo”, o el éxito literario de autores jóvenes singulares

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Pero eso no es todo: el libro pronto será reimpreso. Esto es lo que anunciamos el domingo, cuando el libro fue objeto de un lanzamiento formal en el local de Autisme Mauricie.

“¡Se ha vendido todo!” exclamó Ludovic Turcotte, el técnico de investigación del grupo cuyas habilidades para encontrar información en línea fueron útiles para sus compañeros autores aprendices. Información imprescindible para que la trama sea coherente y las descripciones creíbles. Es un poco como la investigación dentro de la investigación, dando sustancia a la intriga detectivesca que constituye La primera investigación real de Ugly Detective.

El investigador en cuestión y protagonista de la historia vive con un trastorno del espectro autista. No es una coincidencia. La mayoría de los colaboradores están muy familiarizados con el tema, ya que también conviven con este trastorno generalizado del desarrollo, u otro muy conocido, el trastorno por déficit de atención. A veces con ambos.

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Sylvie Poisson y Patrick Loranger acompañaron a los jóvenes reclutados por la amplia red Autisme Mauricie en este proyecto de creación literaria. (Sylvain Mayer/Le Nouvelliste)

Este es también el caso de Patrick Loranger, quien puso todos los hilos de esta trama junto a su cómplice Sylvie Loranger. En cuanto a este último, fue terapeuta ocupacional durante casi 35 años trabajando con niños con trastornos del desarrollo, incluido el autismo. El primero se dedica a escribir novelas infantiles y de ciencia ficción; el segundo, a la poesía.

Durante este lanzamiento que tuvo lugar en los locales de Autisme Mauricie, en el marco del Mes del Autismo, dos de los coautores presentes leyeron al público algunos extractos de la novela policíaca. La comunidad que los rodeaba, familiares y amigos los aplaudieron calurosamente, especialmente por su perseverancia y paciencia.

Un viaje lleno de trampas

Porque traer este libro al mundo no estuvo exento de dificultades. Después de los talleres de creación colectiva, la escritura final continuó en modo colaborativo durante el otoño de 2019, gracias a un documento compartido en línea. Poco después de enviar el manuscrito a la pequeña editorial Joey Cornu, en el invierno de 2019, la pandemia trastocó el proyecto. Por un tiempo.

Y eso sin mencionar las reuniones que se celebran durante la temporada de verano, en un local cedido amablemente por la biblioteca municipal de Shawinigan. Pero con el aire acondicionado defectuoso y con un calor difícil de soportar, recuerda Ludovic. “¡Son tus cerebros los que se están sobrecalentando!” intenta explicar Martine Quessy, con un toque de humor. El subdirector de Autisme Mauricie había apoyado entonces el proyecto participando en la captación de jóvenes autores.

“¡Tenemos que darle este libro al mundo!” Se dijeron Sylvie Poisson y Patrick Loranger. Sin editorial y cuatro años después, aquí presentan una primera tirada de 125 ejemplares autoeditados en la Feria del Libro de Trois-Rivières. Al anunciar la reimpresión del libro el domingo, los autores no tiran la toalla ante la posibilidad de que una editorial manifieste interés.

Una pasión de calibre profesional.

Sin necesariamente proyectarse como escritores profesionales, cuatro años después, los jóvenes que tienen su firma en esta novela comparten, en diversos grados, la pasión por la literatura y la escritura. Experimentar la profesión de escritor fue para ellos una bujía, como testimonia Luca Huguenotte. “Leemos los libros de la gente y luego nos ponemos en su lugar y escribimos un libro”.

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Los jóvenes Luca Huguenotte, Kim Lupien, Éloïse Bouffard, Dorianne Lefebvre, Ludovic Turcotte y François-Gustave Simard rodean a los autores que los acompañaron, Sylvie Poisson y Patrick Loranger. (Sylvain Mayer/Le Nouvelliste)

Luca es uno de los que declara formar parte de esta minoría “neurotípica” del grupo, sin TEA ni TDAH, simplemente simpatizante de esta experiencia literaria colectiva. En cualquier caso, aseguran los dos adultos que los acompañaron, nunca se habló de diagnóstico durante sus talleres, en los que nos centramos principalmente en las fortalezas de cada individuo, sin tener en cuenta lo que un sistema aficionado a las etiquetas percibe como “desordenes”.

Éloïse Bouffard, por su parte, quiere convertirse en apóstol de la literatura entre los jóvenes, hasta el punto de que contempla la idea de hacer carrera como bibliotecaria. En cuanto a Kim Lupien, gracias a este proyecto hizo realidad un sueño de infancia: publicar un libro. “Luchamos por eso. Realmente cada uno de nosotros ponemos de nuestra parte”, declara la mujer que se describe a sí misma como una “bookstagrammer” o una influencer literaria.

“No quería rendirme. Este proyecto no podía fracasar”, decretó Kim a lo largo del camino, sin importar cuánto tiempo tomara. “Por un lado, ya no creíamos en ello. Personalmente, ahora lo veo como un éxito”, filosofa Dorianne Lefebvre, por su parte.

Une réussite qui a exigé dévouement et résilience à toute l’équipe: «Nous sommes tous des résilients et des résilientes», a d’ailleurs lancé Sylvie Poisson avant d’inviter les coauteurs présents à se laisser applaudir par les personnes réunies pour les encourager hasta el final. ¡El ponente ve en la publicación de este thriller un ejemplo positivo de integración con un gran potencial para apoyar a estos jóvenes atípicos pero muy creativos!

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