El Consejo Presidencial de Transición de Haití decidió destituir al primer ministro, que lleva sólo cinco meses en el cargo, según el diario oficial que se publicará el lunes, del que la AFP tuvo acceso el domingo. Garry Conille fue nombrado a principios de junio para intentar estabilizar el país, que sigue sumido en el caos, sobre todo debido a la violencia de las bandas. Será sustituido por Alix Didier Fils-Aimé.
La decisión de destituir a Garry Conille de su cargo se produce tras semanas de conflicto entre el líder y el consejo de transición. El consejo quería cambiar a los jefes de los ministerios de Justicia, Finanzas, Defensa y Sanidad, en contra del consejo del primer ministro, según el periódico El Heraldo de Miami. El Primer Ministro asegura que “la resolución del Consejo presidencial de transición (…) está claramente marcada por la ilegalidad”, en un correo electrónico dirigido a un responsable de la publicación del diario oficial, al que tuvo acceso la AFP.
inestabilidad crónica
Haití ha sufrido una inestabilidad política crónica durante décadas. Pero en los últimos meses, este país caribeño también ha tenido que afrontar un resurgimiento de la violencia de las pandillas, que controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe.
Tras la dimisión del controvertido Primer Ministro Ariel Henry en abril, se instauraron autoridades de transición, con la difícil misión de restablecer la seguridad y organizar elecciones, en un país asolado por la violencia y la corrupción, y que no ha tenido presidente desde el asesinato de Jovenel Moïse en 2021.
En septiembre, durante una visita a Haití, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pidió a las autoridades de transición que avanzaran rápidamente hacia las elecciones. Las últimas elecciones se remontan a 2016.
Ya es una experiencia de poder.
Garry Conille, médico de 58 años que ya fue Primer Ministro de Haití durante seis meses entre 2011 y 2012, fue nombrado por este Consejo Presidencial de Transición. En julio, tuvo que ser evacuado de un barrio de la capital, Puerto Príncipe, donde miembros de una pandilla habían abierto fuego.
Las bandas que gobiernan gran parte de la capital están acusadas de numerosos asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros para pedir rescate, situación que empeoró a principios de este año, cuando decidieron unir fuerzas para derrocar al muy disputado ex primer ministro Ariel Henry.
La situación ha seguido empeorando a pesar del establecimiento de la misión multinacional de apoyo policial. Apoyada por la ONU y Estados Unidos, esta misión liderada por Kenia comenzó a desplegarse este verano con algo más de 400 hombres hasta el momento.
El jueves, Naciones Unidas advirtió sobre el empeoramiento de los niveles de hambre en el país. La ola de violencia y una catastrófica situación humanitaria han obligado a más de 700.000 personas, la mitad de ellas niños, a huir de sus hogares para buscar refugio en otras partes del país, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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