Los múltiples incendios que azotan la región de Los Ángeles desde hace cinco días se han extendido a zonas que hasta ahora se habían salvado. El número de muertos aumentó a 16 el domingo.
A pesar de los esfuerzos de miles de bomberos de servicio, el “Incendio Palisades” se extendió hacia el noroeste de Los Ángeles. Ahora amenaza al densamente poblado Valle de San Fernando, pero también al Museo Getty y sus invaluables obras de arte.
En muchos barrios arrasados por el fuego, las casas no son más que cenizas y trozos de metal ennegrecido. Más de 150.000 personas se vieron obligadas a huir ante las llamas y miles de edificios quedaron destruidos.
Los rescatistas inspeccionan los escombros.
Los rescatistas, asistidos por perros rastreadores, continúan inspeccionando los escombros en busca de cadáveres o restos humanos. Según las autoridades, el número de víctimas podría aumentar aún más.
Los bomberos se han beneficiado de una calma en los vientos durante los últimos tres días, pero las ráfagas podrían volver a ser más fuertes. “Estos vientos, combinados con el aire seco y la vegetación seca, mantendrán alta la amenaza de incendio en el condado de Los Ángeles”, advirtió el jefe de bomberos del condado.
Los evacuados también se enfrentan a un dolor de cabeza a la hora de encontrar un realojo con un vertiginoso aumento en los precios de los alquileres. El sábado, el fiscal general del estado recordó que inflar artificialmente los precios es un “delito castigado con un año de prisión y una multa de 10.000 dólares”.
Ante los saqueos en las zonas afectadas por desastres o evacuadas, las autoridades decretaron el viernes un estricto toque de queda, vigente entre las 18.00 y las 6.00 horas, en los sectores de Pacific Palisades y Altadena, los más devastados.
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Critican la gestión de las autoridades
Muchos residentes también empiezan a cuestionar la gestión de las autoridades, en particular porque los bomberos a veces han tenido que lidiar con bocas de incendio vacías o con baja presión. “Nuestra ciudad nos ha fallado completamente”, dijo una residente de Pacific Palisades que perdió su casa.
Muy criticada, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, aseguró el sábado que sus servicios están “todos en la misma onda”. La víspera, el jefe de bomberos de la ciudad había señalado la insuficiencia del presupuesto asignado por el municipio a los bomberos.
El gobernador demócrata del estado más poblado del país, Gavin Newsom, pidió por su parte “una revisión independiente completa” de los servicios de distribución de agua de la ciudad.
Por su parte, Donald Trump lanzó este domingo un nuevo ataque contra los líderes del Estado de California. “Los incendios siguen arrasando en Los Ángeles. Los políticos incompetentes no tienen idea de cómo apagarlos”, afirmó el presidente electo de Estados Unidos en un mensaje publicado en su plataforma Truth Social.
Una investigación para determinar las causas
La investigación para determinar las causas de estos múltiples incendios, en la que participa el FBI, aún está en curso, recordó el sheriff del condado de Los Ángeles. “No descuidaremos ninguna vía”, aseguró. “Si se trata de un acto criminal -no digo que lo sea- tenemos que poner nuestras manos sobre la persona o personas responsables”.
Los vientos cálidos y secos de Santa Ana que avivaron estos incendios son un clásico de los otoños e inviernos de California. Pero esta vez alcanzaron una intensidad no vista desde 2011, según los meteorólogos, con ráfagas de hasta 160 km/h esta semana.
Lo suficiente para esparcir las brasas muy rápidamente, a veces a lo largo de kilómetros. Un escenario de pesadilla para los bomberos, porque California sale de dos años muy lluviosos que dieron lugar a una vegetación exuberante, ahora seca por una grave falta de lluvias desde hace ocho meses.
>> Detalles de Jordan Davis en el sitio a las 7:30 p.m.:
afp/boi
