Rocío Molina en el Festival Flamenco de Nîmes, autorretrato con tres guitarras

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Este domingo 12 de enero, en el teatro de Nimes, Rocío Molina enlazó las tres épocas de su “Trilogía sobre la guitarra”, un fresco tierno, virtuoso e inventivo.

A Rocío Molina le encantan las experiencias extremas y el público de Nimes le quiere muchísimo. En 2020, en la pequeña sala del Odéon, se embarcó en una investigación en torno a la guitarra que se convertiría en una trilogía. Este domingo, después de Sevilla y Barcelona, ​​bailó los tres episodios de una loca jornada de baile, aclamada por tres salas llenas en el teatro de Nimes. En este intenso autorretrato, se revela en un diálogo con guitarristas de diferentes estilos. Vincular los tres episodios te permite seguirla en su apasionante viaje artístico.

En privado con Rafael Riqueni

Con Inicio (uno)que Nimes no había visto en su versión final, aquí se produce el despertar, el nacimiento de Venus, en una permanente emoción, intimidad y dulzura. La niña, sonriendo casi de principio a fin, aparece traviesa, ligera, bromista, en una complicidad llena de ternura con el mayor Rafael Riqueni, sin apenas mover los talones. En contacto con el agua, símbolo de vida, descubre la alegría del movimiento, la libertad, la sensualidad, hasta el punto de volverse físicamente uno con la escena misma.

En la primera parte de la trilogía, Rocío Molina en una intimidad llena de ternura con Rafael Riqueni.

Luego viene Al Fondo Riela (Lo Otro del Uno) y aparece la virtuosa Rocío, con una actuación impresionante. Las guitarras de Oscar Lago y Yerai Cortés suenan más jóvenes y el bailarín juega con ellas en una relación seductora. Con el descaro que sólo permite el talento, muestra todas las posibilidades del flamenco, bailando con el traje tradicional de cola larga o invisible, envuelta en colores. El público queda hechizado por la inventiva, la precisión, el poder poético y onírico de cada gesto.

Virtuoso y liberado

La actuación termina con Vuelta a Unoen franca complicidad con Yerai Cortés, chicles y azúcar espumoso. Liberada, emancipada, con un humor cáustico, se burla tanto de los cánones como de las ilusiones de la modernidad. Su dominio absoluto le permite, con gusto, superar todos los límites. Con placer, en trance, provocativamente, se inventa, se reinventa. La niña se ha convertido en una amazona.

“Vuelta a uno”, una tercera parte llena de libertad, humor y azúcar gaseosa.

Este lunes, a las 18.30 horas, los fans de Rocío Molina podrán reunirse con ella en el cine Le Sémaphore para un encuentro sobre la película La gran mentira de la muertecon el director Wu Tsang.

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