Para toda la familia del folklore local ancestral, este momento de preparación representa la base de una exitosa edición del carnaval.
Puede que el tiempo sea incierto, pero los miembros del comité no fueron exigentes durante la famosa fabricación de las antorchas este sábado por la mañana.
De hecho, fueron más de veinte los presentes en el estudio del recinto municipal durante la elaboración metódica de dichas antorchas.
Atención ! La cuestión en el territorio blanquetière se toma muy en serio y esta preparación requiere tanto experiencia como cualificación “carnaval”.
De hecho, desde hace décadas, cada uno conoce su papel y se aplica en las diferentes etapas de la fabricación de sus emblemáticos accesorios del carnaval de Limoux.
Iluminación tradicional
El origen de las antorchas se remonta a los albores de los tiempos, cuando las llamas de estas últimas representaban bajo las arcadas, el único alumbrado vigente al anochecer.
Por lo tanto, elemento esencial del folclore típico de Limoux, esta preparación es la ocasión para un desfile de tropas como señal suprema de reunión antes de las tres tomas de la edición de 2025, el domingo 26 de enero.
Caldero (casi mágico), papel kraft, paja y, sobre todo, resina de pino, el “panoramix” de Limoux reúne todos sus ingredientes. Mientras unos extendían el papel sobre una mesa de metal, otros extendían la paja armoniosamente.
Luego, un momento casi mágico, la resina de pino humeante se extrae del caldero; una vez líquido se extiende metódicamente por todo el papel.
Rápidamente enrolladas y atadas, las antorchas, después de un necesario paso en un balde de agua fría, se alinean y ensamblan en festivo orden de batalla.
En total, serán necesarias 80 antorchas durante los casi tres meses de salida nocturna semanal.
Como es habitual, los Meunier inaugurarán el baile folclórico el domingo por la mañana, tras una tradicional visita a la subprefectura del distrito.
Momento durante el cual el subprefecto deberá conceder el imperativo alta festiva a esta fiesta pública y popular.
