(Nueva York) Nueva York lanzó el domingo su programa de cargos por congestión para los automovilistas que deseen acceder al centro de Manhattan. Una primicia en el país del coche reina, que abre el camino a un enfrentamiento entre las autoridades locales y el futuro presidente Donald Trump.
La gobernadora demócrata del estado, Kathy Hochul, anunció en noviembre que los automovilistas que ingresaran a la isla de Manhattan al sur de Central Park pagarían 9 dólares durante el día.
Este proyecto, auténtica serpiente marina de la vida política local, pretende reducir la contaminación atmosférica y al mismo tiempo financiar el metro, criticado por su coste (2,90 dólares por viaje) y su deterioro.
Su implementación, dos semanas antes de la toma de posesión de Donald Trump, no es baladí porque el proyecto requiere la aprobación de la presidencia estadounidense.
Sin embargo, si la administración Biden se mostró a favor, el futuro presidente había expresado su “fuerte oposición” al peaje urbano que “afectará a los trabajadores, las familias y las empresas”.
Kathy Hochul quiso así poner la alfombra bajo los pies del republicano para impedirle vetar.
Pero la disputa promete continuar ferozmente en las próximas semanas y meses.
Las ciudades vecinas de Nueva York se oponen firmemente al peaje, argumentando lo que creen que es un impacto perjudicial para sus negocios y para la capacidad de sus residentes de llegar a sus trabajos en Manhattan.
Un juez rechazó una apelación de último minuto presentada el viernes por funcionarios del vecino estado de Nueva Jersey, quienes dijeron que el proyecto tendría consecuencias ambientales adversas en áreas adyacentes.
Las asociaciones de taxistas también se han manifestado en contra, ya que sus clientes ahora tendrán que pagar un recargo por los trayectos afectados.
Cerca de 700.000 vehículos circulan cada día, a una media de 11 km/h, por la zona afectada por este impuesto, desde los años 60mi calle hacia el sur de Manhattan, en medio de un incesante estrépito de bocinas y sirenas de policías, bomberos y ambulancias.
Sin embargo, existen numerosas exenciones de peajes, así como una reducción para salarios bajos o para los automovilistas que ingresan a la zona más de diez veces al mes.
Grandes ciudades europeas, como Londres o Milán, ya han puesto en marcha proyectos de este tipo.