Apelaciones en el asunto Mazan: la violación es “el crimen que nunca admitimos”, lamenta un ministro

Apelaciones en el asunto Mazan: la violación es “el crimen que nunca admitimos”, lamenta un ministro
Apelaciones en el asunto Mazan: la violación es “el crimen que nunca admitimos”, lamenta un ministro
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Tras el proceso por violación en Mazan y el recurso de apelación de 17 de los 51 hombres condenados, la ministra francesa de Igualdad entre mujeres y hombres, Aurore Bergé, deploró el viernes que la violación siga siendo “el delito que nunca confesamos”, incluso “frente a la evidencia”.

Se celebrará un segundo juicio en el caso de violación de Mazan, aunque Dominique Pelicot, condenado a 20 años de prisión por haber drogado a su esposa Gisèle para violarla y entregarla a decenas de desconocidos, aceptó su condena. Pero 17 de sus coacusados, también condenados, apelaron.

“Eso dice mucho”, reaccionó Bergé sobre France Inter. Obviamente tienen todo el derecho a apelar. […[ Mais ça veut dire que même confrontés à des images, à des preuves, il y a encore ce déni.»

«Même confronté au fait que le premier des accusés [Dominique Pelicot] Él mismo explicó el enfoque que había adoptado, pero eso no es suficiente. Todavía no reconocemos el crimen que cometimos”, insistió.

“La violación es un delito que nunca admitimos. Admitimos haber robado, admitimos haber llamado. Nunca admitimos haber violado. Porque consideramos que no hemos violado. Que ella debe haber dado su consentimiento. Que los cuerpos de las mujeres nos pertenecen, son de los hombres”, afirmó la ministra.

Bergé reiteró su deseo de que el concepto de consentimiento se incluya en el Código Penal, acompañado de su definición precisa, que será determinada en el debate parlamentario.

Además, en lo que respecta a la violencia doméstica, recordó que en enero se examinará un proyecto de ley que ella misma presentó en la Asamblea Nacional cuando era diputada, destinado en particular a incluir en el Código Penal el delito de “control coercitivo”, es decir, es decir maniobras encaminadas a desestabilizar psicológicamente a una víctima, con el objetivo de impedirle actuar contra su agresor.

“La violencia contra las mujeres no se trata principalmente de palizas. […] Está todo el control que implementamos. Revisaremos tus cuentas, tus salidas, tu teléfono. […] sus asociados, lo aislaremos. Y este aislamiento significa que te encuentras a puertas cerradas”, lo que permite que se produzca violencia física y sexual, afirmó.

“Mejor caracterizar las cosas, convertirlo en un delito […] Creo que podría cambiar las reglas del juego”, concluyó.

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