El asesinato del jefe de un gigante de los seguros médicos en Estados Unidos ha desencadenado un torrente de desinformación y amenazas en línea, lo que sugiere una incapacidad de las redes sociales para moderar el contenido y genera temores de un posible giro de ciertos usuarios de Internet hacia la violencia.
La madrugada del 4 de diciembre, Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, fue asesinado a tiros a sangre fría en la calle frente a un hotel de Nueva York. Muy rápidamente, en las redes sociales florecieron publicaciones que incluían críticas al seguro médico, apoyo a este delito e incluso llamados a la violencia.
“Incluso si hay desacuerdos sobre qué contenidos deben moderarse, o incluso si la moderación es necesaria, la mayoría de la gente pondría las ‘amenazas explícitas de violencia’ al principio de la lista”, dijo a la AFP Jonathan Nagler, profesor de Nueva York. Universidad (NYU). “Así que ver publicaciones en las redes sociales que alientan explícitamente la violencia contra cualquier persona, incluidos los jefes de las compañías de seguros de salud, sugiere que la moderación de contenidos ha fracasado”, añade.
Teorías de la conspiración
La empresa Cyabra, especializada en el estudio de la desinformación, ha identificado cientos de cuentas en X y Facebook que transmiten teorías conspirativas sobre este asesinato. Algunos llegan incluso a afirmar que la esposa de Brian Thompson estuvo involucrada en la muerte de su marido debido a las tensiones en su relación. Otros declaran, sin pruebas, que Nancy Pelosi, ex presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, estaba detrás de este asesinato. Varios influencers también han compartido estas teorías en las redes sociales, con cientos de millones de visitas, afirma Cyabra.
En un vídeo, identificado como falso por la organización que lucha contra la desinformación NewsGuard, un hombre presentado como Brian Thompson admitió haber trabajado con Nancy Pelosi. Pero en este viejo vídeo de 2012, el hombre en realidad tenía su mismo nombre. Posteriormente, Brian Thompson se vio obligado a aclararle a X que él no era el jefe de UnitedHealthcare. Su negación sólo obtuvo alrededor de 150 visitas, en comparación con varios cientos de miles de publicaciones que transmitían información falsa.
Este asesinato y los comentarios que lo acompañaron pusieron de relieve también la ira de la población contra los seguros médicos privados en Estados Unidos, acusados de negarse periódicamente a cubrir los gastos médicos. Numerosos comentarios dirigidos al sistema sanitario estadounidense se han transformado así en amenazas dirigidas contra jefes de alto perfil. Proliferaron hashtags como “gerente general asesino” y varias publicaciones decían: “¿Quién será el próximo Brian Thompson?”
Algunos también amenazaron directamente al director ejecutivo de la aseguradora Humana, Jim Rechtin, y a Andrew Witty de UnitedHealth Group, la empresa matriz de la empresa de Brian Thompson. “El peligro aquí es claro: el odio incontrolado y la desinformación en línea pueden desembocar en violencia en el mundo real”, advierte a la AFP Dan Brahmy, director de la empresa Cyabra.
Un poder perturbador
Preguntadas sobre estas amenazas, estas empresas no respondieron a la AFP. Desde el asesinato, las empresas estadounidenses han aumentado la seguridad en las oficinas y hogares de los ejecutivos, llegando algunas incluso a pedirles que eliminen su huella digital, afirman los medios estadounidenses.
El sospechoso, Luigi Mangione, fue ampliamente elogiado en Internet, demostrando, según Dan Brahmy, “el preocupante poder de las redes sociales sin moderación”, que amplifican el discurso violento.
La moderación de contenidos ha sido criticada a menudo, particularmente en Estados Unidos, por funcionarios electos conservadores que la califican de “censura” con el pretexto de luchar contra la desinformación. Las redes sociales, como X, han reducido sus equipos de moderación. Decisiones que, para los investigadores, las transforman en un foco de desinformación y odio.
“Si bien las plataformas enfrentan varios desafíos para la moderación, es imperativo que las empresas, los gobiernos y los usuarios permanezcan atentos a la influencia desproporcionada de actores dañinos, que explotan las tensiones sociales para manipular las percepciones y las conversaciones públicas”, afirma Dan Brahmy.
(afp/er)