La precipitada caída de El-Assad constituye una bendición para Recep Tayyip Erdogan, quien se deshace de un enemigo de larga data y puede esperar extender su influencia sobre una región profundamente conflictiva.
Este artículo proviene de “Revista Figaro”
- El pragmatismo y la paciencia de Ankara vencieron a El-Assad
En julio pasado, el presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que estaba dispuesto a invitar a Bashar al-Assad a Türkiye. La caída y posterior huida del dictador el pasado fin de semana corre el riesgo de cerrar definitivamente el capítulo de las relaciones entre ambos hombres. Desde hace meses, Erdogan no oculta su exasperación por la negativa del ex presidente a “conciliarse” para resolver dos problemas que le preocupan: la eliminación de las fuerzas kurdas concentradas en su frontera y el regreso a su país de los 3 millones de sirios. refugiados presentes en sus tierras.
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