“Anoche los ruidos eran aterradores y podíamos escuchar claramente los incesantes bombardeos”, declaró Wassim, un conductor de 36 años que vive en Hama, contactado por la AFP. “Estamos cansados, llevamos cuatro días con los nervios de punta”, añadió. “Sigo las noticias día y noche, no suelto mi teléfono”, dijo una estudiante de 22 años, que dejó su universidad en Damasco para reunirse con su familia en Hama cuando comenzó la ofensiva.
Huida de civiles
Tras lanzar una contraofensiva el martes “después de medianoche”, apoyada por la aviación, las fuerzas gubernamentales “aseguraron la entrada nororiental de Hama” y tomaron el control de varias localidades, anunció el miércoles el OSDH, que informó de combates en otras partes de la provincia. . Las fuerzas gubernamentales han enviado “grandes convoyes militares” a Hama y sus alrededores durante las últimas 24 horas, añadió la ONG con sede en el Reino Unido, que tiene una extensa red de fuentes en Siria.
El miércoles, “feroces combates” enfrentaron al ejército, apoyado por aviones sirios y rusos, contra los rebeldes en el norte de la provincia de Hama, según una fuente militar citada por la agencia oficial Sana. La agencia alemana DPA anunció la muerte de uno de sus fotógrafos, Anas Alkharboutli, fallecido en un ataque aéreo cerca de Hama. En Sourane, a unos veinte kilómetros al norte de la ciudad, las imágenes de la AFP mostraban a civiles huyendo hacinados en camiones y remolques, mientras combatientes rebeldes, blandiendo sus armas, patrullaban a bordo de camionetas.
Hama fue escenario de una masacre en 1982 perpetrada por el ejército bajo el gobierno del padre del presidente Bashar al-Assad, que estaba reprimiendo una insurgencia de los Hermanos Musulmanes. También fue en esta ciudad donde tuvieron lugar algunas de las mayores manifestaciones al inicio del levantamiento prodemocracia de 2011, cuya represión desató la guerra civil.
Más de 110.000 desplazados
El coordinador regional adjunto de ayuda humanitaria de la ONU para Siria, David Carden, dijo a la AFP que más de 115.000 personas fueron desplazadas durante una semana de combates. Las autoridades kurdas que controlan regiones del noreste de Siria lanzaron este miércoles un llamamiento “urgente” de ayuda humanitaria ante la llegada de un “gran número” de desplazados. En Alepo, en manos de rebeldes armados, un estudiante de medicina dijo a la AFP el martes que el personal de su hospital estaba “en gran medida ausente, con los servicios funcionando a la mitad de su capacidad”. “Intentamos responder a las emergencias, ahorramos equipos”, testificó, negándose a dar su nombre.
El líder del HTS, Abu Mohammad al-Jolani, visitó la ciudadela de Alepo el miércoles, según el canal Telegram de la coalición. Las imágenes lo muestran saludando a sus seguidores desde un automóvil. El presidente sirio, por su parte, anunció un aumento del 50% en el salario de los soldados de carrera.
Rusia e Irán, los principales aliados de Damasco, así como Turquía, un gran apoyo a los rebeldes, están en “estrecho contacto” para estabilizar la situación, anunció el miércoles la diplomacia rusa. El país, asolado por una guerra civil que dejó medio millón de muertos, está ahora dividido en varias zonas de influencia, donde los beligerantes cuentan con el apoyo de diferentes potencias extranjeras.
¿Podrán los rebeldes conservar sus territorios?
Si bien desde 2020 se mantiene una relativa calma en el noroeste, una coalición de rebeldes dominada por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS), antigua rama siria de Al-Qaeda, lanzó el 27 de noviembre una ofensiva relámpago en esta región. . En pocos días, los rebeldes se apoderaron de grandes extensiones del norte de Siria y de gran parte de Alepo, que escapó completamente del control de Damasco por primera vez desde el inicio de la guerra civil, suponiendo un duro revés para el régimen de Bashar al-Assad. .
Con el apoyo militar de Rusia, Irán y el movimiento libanés proiraní Hezbolá, el régimen recuperó en 2015 gran parte del país y en 2016 la totalidad de Alepo, cuya parte oriental estaba en manos de los rebeldes desde entonces. 2012.
Para Rim Turkmani, investigador de la London School of Economics, el rápido avance de los rebeldes no significa, sin embargo, que podrán conservar los territorios que han tomado. “Creo que se darán cuenta muy rápidamente de que está más allá de su capacidad proteger estas regiones y, más importante aún, gobernarlas”, dijo a la AFP. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió contra un resurgimiento del grupo Estado Islámico (EI) en Siria, donde este grupo yihadista se autoproclamó un “califato” en 2014, a caballo entre Irak, antes de ser derrotado varios años después.
