Este país quiere construir el edificio más grande del mundo, que en última instancia albergará a nada menos que 400.000 personas. Una ciudad real concentrada en un edificio cúbico de 400 m de altura.
La arquitectura y el urbanismo siempre han sido cuestiones de poder y demostraciones de fuerza. Desde las pirámides del antiguo Egipto hasta los rascacielos de Nueva York, las construcciones más grandes a menudo se han erigido para marcar la historia y afirmar el poder de una nación, reino o imperio. Esta tradición continúa hoy con un proyecto de escala sin precedentes: la construcción del edificio más grande del mundo.
Y no un monstruo cualquiera: un monstruo cúbico de 400 metros de lado. Incluso más alta que la Torre Eiffel (312 m), esta megaestructura será mucho más que un simple edificio. Diseñada para ser una auténtica ciudad vertical, albergará miles de residencias, hoteles de lujo, centros comerciales, espacios culturales y de ocio. Sus diseñadores prometen incluso una experiencia inmersiva única, con proyecciones holográficas en las fachadas del cubo.
El país en el origen de este proyecto faraónico es Arabia Saudita, una petromonarquía inmensamente rica del Golfo, que desde hace varios años multiplica hercúleos programas de planificación urbana, bajo el liderazgo de su líder, el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Este cubo desproporcionado, llamado Mukaab, se inscribe en esta dinámica de transformación y diversificación de la economía del reino, que busca volverse menos dependiente del petróleo y posicionarse como un actor importante en el turismo mundial.
Junto a este cubo dantesco, Arabia Saudita también presentó en 2017 otro proyecto urbano igualmente sorprendente: The Line. Esta ciudad futurista, diseñada para albergar nada menos que nueve millones de habitantes en medio del desierto, tomará la forma de dos bloques de construcción paralelos, de 170 kilómetros de largo y 500 metros de alto. Sus paredes exteriores serán totalmente reflectantes, su funcionamiento estará en gran medida automatizado y todos sus sistemas internos funcionarán con energía renovable.
Si estos proyectos arquitectónicos y urbanos inusuales son fascinantes desde el punto de vista técnico, obviamente plantean muchas preguntas… y críticas. ¿Cuáles serán los impactos ambientales de estas gigantescas construcciones? ¿Cómo financiar este tipo de obras? Sobre todo, ¿cuál será la habitabilidad real para los seres humanos y la viabilidad a largo plazo de estas ciudades hipertecnológicas aisladas de cualquier entorno orgánico? E incluso, ¿estos proyectos simplemente llegarán a su fin algún día?
Estas dos construcciones forman parte de un gran programa para la transformación del país, el Saudi Vision 2030. Como su nombre indica, este gran plan nacional tiene como objetivo temporal el año 2030, es decir en apenas cinco pequeños años. Sin embargo, a día de hoy, la línea urbana, inaugurada en 2017, ya presenta un importante retraso en su calendario, y en 2030 sólo se entregarían unos pocos kilómetros de franja urbana, de los 175 previstos inicialmente. En cuanto al cubo gigante Mukaab, que acaba de ser anunciado, es difícil imaginar cómo se podría completar un proyecto de este tipo en tan poco tiempo.