Los ataques israelíes contra la Franja de Gaza no han cesado y han generado temores de una conflagración en el Líbano. Las tropas israelíes lanzaron una ofensiva terrestre el 7 de mayo en la ciudad de Rafah (sur), entonces presentada por Israel como el último gran bastión de Hamás. Pero desde entonces los combates han recuperado intensidad en varias otras regiones, particularmente en el norte.
Desde el jueves, el ejército israelí lleva a cabo una operación militar en Shujaiya, un barrio oriental de la ciudad de Gaza. Defensa Civil informó el viernes de “numerosas muertes” y de la huida de “decenas de miles de civiles”, tras un llamamiento del ejército para evacuar el barrio.
“En las calles, la gente estaba aterrorizada, aterrorizada (…) Todo el mundo abandonaba Shujaiya”, afirma Samah Hajaj, de 42 años. “No sabemos por qué ellos (los soldados israelíes, nota del editor) entraron en Shujaiya, dado que ya habían destruido las casas allí”. Durante la noche y el sábado por la mañana, los periodistas presentes en el lugar escucharon explosiones, ataques aéreos y disparos provenientes de esta zona.
También en la ciudad de Gaza, la Defensa Civil dijo que cuatro cuerpos y seis heridos habían sido excavados entre los escombros de un edificio alcanzado por un ataque israelí en el área de al-Sedra. En el territorio palestino central, los residentes retiraron los escombros en el campo de refugiados de Maghazi después de que un ataque nocturno contra una casa golpeara un centro médico. “La farmacia, el departamento de oftalmología y el departamento de urgencias quedaron completamente destruidos. Lo único que queda son escombros”, dijo Tarek Qandeel, director del centro.
Más al sur, según los médicos, se descubrieron cinco cadáveres tras un bombardeo contra las tiendas de campaña de los desplazados en el sector de Al-Mawasi, cerca de Rafah.
Testigos informaron de muertes y heridos entre los desplazados en el campo de Shakush, al oeste de Rafah, tras una nueva incursión del ejército israelí y tiroteos. Una fuente del Centro Médico Nasser en Khan Yunis dijo que había recibido cuatro cadáveres del oeste de Rafah.
La ofensiva sobre la Franja de Gaza ha dejado hasta el momento 37.834 muertos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Gaza liderado por Hamás. La guerra ha provocado una catástrofe humanitaria en el pequeño y asediado territorio palestino de 2,4 millones de habitantes, más de la mitad de los cuales han sido desplazados: falta agua y alimentos y el sistema sanitario está hecho pedazos.
Un total de 32 hospitales de los 36 de la Franja de Gaza han resultado dañados desde el 7 de octubre, y de ellos 20 están ya fuera de servicio, según cifras publicadas el viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una responsable de la misión de la UNRWA, Louise Wateridge, calificó el viernes de “desastrosas” las condiciones de vida en el territorio palestino, donde la ayuda humanitaria llega a cuentagotas. Los residentes viven en ruinas de edificios o tiendas de campaña alrededor de una gigantesca pila de desechos, anunció a la prensa.
