“No entiendo por qué la OTAN no despliega baterías Patriot a lo largo de la frontera polaca. Después de todo, los misiles rusos ya han entrado en el espacio aéreo polaco y rumano. Esto protegería las fronteras de Polonia y Rumania y crearía una zona segura en el Oeste y Sur de Ucrania”, afirma el diputado Oleksiï Goncharenko (independiente).
Una petición transmitida por varios responsables civiles y militares ucranianos reunidos por la AFP en Kiev, en el marco de un viaje organizado por el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) y el centro de estudios ucraniano New Europe Centre.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kouleba, abrió el debate a finales de mayo asegurando que no había “ningún argumento jurídico, de seguridad o moral que impidiera a nuestros socios derribar misiles rusos sobre el territorio de Ucrania desde su territorio”, pero sin especificar los términos de este escenario.
¿Por qué el hecho de que ciertos Estados europeos se estén equipando con un escudo antimisiles causa “inquietud” en otros países del continente?
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha seguido solicitando durante varios meses sistemas adicionales de protección del cielo a sus socios occidentales, pero estos sólo llegan a cuentagotas.
Últimas victorias de Kiev: Rumania acaba de prometerle enviarle un sistema Patriot y Estados Unidos ha decidido entregar misiles antiaéreos a Ucrania como prioridad durante dieciséis meses para permitir al país reponer sus reservas.
Pero el tiempo se le acaba al país, cuya mitad de su capacidad nacional de producción de electricidad ha sido destruida en los últimos meses. Cada semana, misiles y drones rusos atacan su red energética, provocando cortes de energía diarios que afectan a casi toda la población.
Situación energética crítica
Después de haber bombardeado las redes de distribución de energía ucranianas durante meses a partir de octubre de 2022, Rusia ahora se centra en destruir las instalaciones de producción, que son mucho más caras y tardan años en repararse. Moscú también apunta a las reservas energéticas del país.
“En el oeste de Ucrania, Rusia ha explotado un depósito subterráneo de gas enterrado a 3 kilómetros de profundidad”, subraya una fuente diplomática europea.
“En el sector energético, la situación es extremadamente difícil”, se preocupa un alto funcionario de seguridad ucraniano, que teme que la situación se deteriore aún más a medida que se acerca el invierno.
“Se están celebrando conversaciones” con los aliados occidentales sobre esta “zona de exclusión aérea” sobre el oeste de Ucrania, pero “no es una decisión fácil de tomar”, explica el funcionario.
“El poder en Rusia es ley y violencia al mismo tiempo”
Los países occidentales tienen cuidado de no enfrentarse frontalmente a Rusia, lo que “hace que el proceso sea lento y silencioso”, señala.
El tema podría discutirse en la próxima cumbre de la OTAN en Washington a principios de julio, según la viceprimera ministra ucraniana Olga Stefanichyna.
“Estamos haciendo todo lo posible para movilizar suficientes defensas antiaéreas para permitir que el país siga funcionando durante esta guerra”, argumentó.
Kiev, por el contrario, no espera ningún avance en la perspectiva de la adhesión a la Alianza. “Las posibilidades para nosotros de obtener (durante esta cumbre) una invitación para ingresar en la OTAN son casi nulas”, Washington y Berlín se oponen a ello, lamenta una fuente diplomática ucraniana, que no desespera de obtener concesiones en otros temas.
“El sentimiento de culpa presiona a los aliados a tomar fuertes decisiones alternativas” a favor de Kiev, cree la fuente.
