En los medios se les llama Elsa*, Doris* o incluso Roxane*. Detrás de estos nombres supuestos se esconden prostitutas víctimas de la violencia. Al igual que el caso por el que tres jóvenes aparecieron recientemente en Vevey (VD), los ataques a las trabajadoras sexuales, que van desde amenazas hasta palizas o violaciones, incluido el sigilo (quitar el condón), son lamentablemente comunes. En varios de ellos surge un punto: la aprensión de estas mujeres a la hora de presentar una denuncia.
Para ayudar a TdS a superar este obstáculo, las asociaciones han puesto en marcha varias medidas. En Ginebra, Aspasie acompaña a las víctimas a presentar una denuncia. “También podemos proceder por escrito”, indica la directora, Pénélope Giacardy. Esto ayuda a evitar problemas de traducción o malentendidos”. Durante el año pasado, un abogado también trabajó con Aspasie. “En colaboración con la Red de Mujeres pudimos sostener esta posición. Llegó al 30%”. Según ella, el interés es evidente: “Perdimos a mucha gente en el camino. La idea es acompañar al TdS durante todo el procedimiento”.
En el cantón de Vaud, Fleur de Pavement ha establecido desde octubre dos medias jornadas mensuales durante las cuales un abogado asesora jurídicamente a TdS. La violencia es uno de los temas tratados. “Si se demuestra un caso, el TdS puede informar a la asociación”, subraya la subdirectora Sandrine Devillers. Desempeñamos un papel de orientación y apoyo para ayudarles a hacer valer sus derechos. Les explicamos cómo presentar una queja y también podemos ayudarlos con la traducción”.
Fleur de Pav también depende en gran medida de sus vínculos con la policía. “Tenemos una relación de confianza con células dedicadas a TdS, como la Unidad de Investigación en el Entorno de la Prostitución (CIPRO), explica Sandrine Devillers. Servimos de relevo cuando la policía se encuentra con el TdS. Por su parte, la policía anima a quienes no nos conocen a que se acerquen a nosotros”. Suficiente para crear, según sus palabras, “un círculo de bondad”.
Si los casos recientes no reflejan ese entendimiento en Ginebra, Aspasie está trabajando para mejorar la relación entre las prostitutas y la policía. “Mantenemos conversaciones periódicas”, explica Pénélope Giacardy. Organizamos reuniones con unidades policiales susceptibles de intervenir, como la Brigada de lucha contra la trata de seres humanos y la prostitución ilícita, y con agentes de la comisaría de Pâquis”. Estos encuentros, organizados en los locales de la asociación, brindan al TdS la oportunidad de “hablar directamente con la policía, expresar sus quejas e intentar construir relaciones de confianza”. Además, desde 2018 se realizan sesiones informativas obligatorias para TdS. Las suficientes para establecer un contacto inicial con los informativos y darles los pasos a seguir en caso de violencia.
“La policía no hizo nada”
Publicada en noviembre, la investigación encargada por la red Procore aporta también varios testimonios. “La policía no hizo nada y me trató como si fuera el culpable del maltrato y del robo del cliente”, dice uno. “TdS que practica ilegalmente debería poder acudir a la policía sin temor a sufrir repercusiones en relación con su situación de residencia”. O: “En algunos casos, [j’ai été] muy bien recibido. Pero en el caso de la situación de acoso que duró tres años, no me sentí tomada en serio. Este mismo estudio muestra que la desconfianza y el miedo a la policía constituyen el principal motivo para no presentar denuncia.