Se dice que Mayotte reexporta su delincuencia a la isla de Anjouan. Muchos anjuaneses están convencidos de ello, ya que los ataques en su isla aumentan a medida que continúan las expulsiones del departamento francés.
El periódico comorano Al-Watwan recoge el testimonio de un profesor que viajaba en la parte trasera de una motocicleta cuando regresaba de una tarde en la región de Niumakélé, en el sur de Anjouan. Le arrojaron una piedra en la cara que le rompió un diente. El conductor de la moto tuvo el buen instinto de acelerar, no frenó, de lo contrario el resultado podría haber sido peor.
Varios testigos hablan de la presencia de asaltantes. Amenazan a sus víctimas con golpearles en la cabeza con un machete si no entregan todo lo que tienen, dinero y teléfono.
El modo de funcionamiento es esencialmente el mismo que en Mayotte, de ahí la impresión general de que este delito procede de la isla vecina gracias a las operaciones de Place Net y Wuambushu.
Esta región de Niumakélé es la más pobre de Anjouan y alimenta el flujo de migraciones hacia Mayotte. Los jóvenes, una vez devueltos a la frontera, se encuentran allí sin recursos.
