La Corte Suprema de Brasil comenzó este miércoles a discutir la regulación de las redes sociales, un debate inédito a este nivel en América Latina sobre el papel de las plataformas frente a la desinformación. En concreto, el máximo tribunal del país debe pronunciarse sobre varios casos específicos que plantean la cuestión de la responsabilidad de las plataformas por los contenidos allí publicados.
La apertura de los debates se produce un día después de la publicación de un informe policial sobre la presunta participación del expresidente Jair Bolsonaro en un golpe de Estado planeado para permanecer en el poder después de las elecciones de 2022. Según los investigadores, este plan consistía en. en particular, de difundir información falsa sobre la fiabilidad de las urnas electrónicas para justificar un golpe de Estado que finalmente no se produjo, tras la derrota de Jair Bolsonaro contra el actual presidente Luiz Inácio Lula. da Silva.
Uno de los temas de los debates en el Tribunal Supremo, que se prolongarán durante varias sesiones hasta el próximo año, es decidir si las plataformas pueden ser sancionadas por publicaciones ilegales por parte de determinados usuarios. Los magistrados también deben decidir si las empresas deben moderar y posiblemente eliminar contenidos ilegales de forma espontánea, sin intervención judicial previa.
Uno de los jueces del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, utilizó su ejemplo personal durante los debates del miércoles para criticar la “falta de buena voluntad” de las plataformas para eliminar perfiles falsos. “No tengo cuenta de Instagram ni de Facebook y hay una veintena de perfiles a mi nombre”, afirmó este poderoso magistrado responsable de numerosas investigaciones delicadas, incluida la del presunto plan golpista.
Una de las cuestiones abordadas en los debates es precisamente un recurso de Facebook contra una orden de indemnización a una mujer que había descubierto un perfil falso a su nombre que difundía contenidos ofensivos. La decisión del Tribunal Supremo sobre los distintos casos sentará un precedente, de ahí la importancia de los debates.
“Las plataformas (…) han abierto caminos para la desinformación, el discurso de odio, las mentiras y las teorías de conspiración”, dijo Luis Roberto Barroso, presidente del Tribunal Supremo de Brasil. “El mundo democrático ha lanzado debates para proteger la libertad de expresión sin permitirnos caer en un abismo de incivilidad”, añadió, citando como ejemplo la regulación europea “que busca este punto de equilibrio ideal”.
El Tribunal Supremo de Brasil se enfrentó recientemente a impugnaciones de las redes sociales: Alexandre de Moraes había ordenado bloquear el acceso a la plataforma X, por haber ignorado una serie de decisiones judiciales vinculadas a la lucha contra la desinformación. El viejo Twitter estuvo bloqueado durante cuarenta días en Brasil, y su propietario, el multimillonario Elon Musk, calificó al juez Moraes de “dictador” que amenaza la libertad de expresión.