José Olcina Asemad todavía tiene emoción en su voz. Más de diez días después de las inundaciones que azotaron Valencia, España, este empresario escapó por poco de la catástrofe que azotó la zona industrial de las afueras de la ciudad donde está situada su pequeña empresa de fabricación de muebles. “Regresaba a casa alrededor de las 4:30 p. m., había una fila de autos frente a mí. Algunos conductores empezaron a girar hacia mí cuando otros les advirtieron que el barranco desbordado, él dice. Junto a otras 13 personas no le quedó más remedio que refugiarse en una sociedad situada en lo alto, donde pasó la noche. “Hoy estamos haciendo inventario, pero el 80% de los equipos parecen afectados”explica con los pies plantados en el barro que cubre el suelo.
Garantizar el retorno a la actividad o su continuidad puede ser material y psicológicamente largo para los trabajadores. Cerca de Valencia, Estas inundaciones afectaron a unos 350.000 empleados y 70.000 autónomos. “Muchas pequeñas empresas e industrias se ven afectadas y simplemente no pueden reanudar sus actividades ni hacer que sus empleados teletrabajen”, insiste Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana. En el Ayuntamiento de Valencia, por ejemplo, de los 1.000 empleados afectados directa o indirectamente por la catástrofe, aproximadamente la mitad pudo teletrabajar.
Ante la emergencia, el gobierno ha desplegado mecanismos de desempleo técnico subsidiado “por fuerza mayor”. Similares a los que se implementaron durante la pandemia, excepto que las personas no tendrán que “compensar” días no laborables. Si bien las tragedias relacionadas con el cambio climático aumentan, los impactos sobre los trabajadores todavía se gestionan con urgencia y no se piensan de manera estructural, tanto en España como en Francia, donde se observan atentamente las graves dificultades de la provincia valenciana.
Un régimen de riesgo climático
Tras presenciar las inundaciones en Paso de Calais en 2023, Perrine Mohr, secretaria general del CFDT Altos de Francia, cree que habrá que empezar a pensar en los riesgos climáticos y en su gestión por parte de la comunidad. Aunque muchas empresas han recurrido al paro parcial en esta región, algunos empleados no han podido beneficiarse de días adicionales para hacer frente a la catástrofe. “Trabajamos con el Ministerio de la Función Pública y los prefectos para garantizar que los trabajadores obtuvieran facilidades de ausencia, explica Perrine Mohr, esto fue aceptado en el público. Por otro lado, en el sector privado nos encontramos con el silencio de algunas empresas. »
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