El cuerpo de un hombre fue encontrado esta semana por fuerzas de seguridad en una zona desértica cerca de Ciudad Juárez, en el norte de México, en la frontera con Estados Unidos, donde los migrantes esperan cruzar al otro lado después de un agotador viaje.
La víctima es un migrante mexicano de 45 años procedente del estado de Durango (centro-norte), quien falleció por un golpe de calor debido a una exposición prolongada a temperaturas extremas, según Protección Civil mexicana.
El cuerpo fue descubierto el miércoles. Una semana antes, las autoridades encontraron el cuerpo de una mujer que murió por deshidratación, también en una zona desértica de Ciudad Juárez (en el norteño estado de Chihuahua), donde las temperaturas han superado los 40 grados en los últimos días.
Víctimas de homicidios, accidentes, robos, extorsiones, secuestros, contrabandistas y personas que buscan asilo en Estados Unidos están ahora amenazadas por esta ola de calor que afecta desde hace casi tres meses a una población de gran parte del territorio de México.
“Hace demasiado calor”, señala Dioner José Romero, un venezolano de 25 años. Me siento un poco deshidratado, hace 43, 44, 45 grados”.
“El sol es demasiado fuerte. No es que no me esté acostumbrando, pero es algo nuevo para mí. Siento que me asfixio un poco”, añade su compatriota Nelson Ramos, en un centro de acogida regentado por católicos en Ciudad Juárez.
La ola de calor ha causado 155 muertes en todo el país desde marzo, según el informe de las autoridades actualizado esta semana.
“Calor y desenlace fatal”
El cuerpo del mexicano fue encontrado entre arbustos, en la arena y bajo un sol que obligó a agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) a cubrirse la cabeza con su propia ropa mientras los médicos forenses trabajaban.
Alrededor del cuerpo había botellas vacías que los candidatos al paso a Estados Unidos dejaron mientras caminaban hacia el Río Bravo protegido del lado americano por un muro fronterizo de varios metros de altura.
El migrante fue abandonado por el traficante que afirmó estar traficando con él a Estados Unidos, y que regresó para enterrarlo en el desierto. Presionado por sus familiares, reveló la ubicación del cuerpo, según testimonios recogidos por la AFP.
Como resultado de su búsqueda, las autoridades mexicanas encontraron a otras seis personas indocumentadas, entre ellas una con síntomas de deshidratación.
Las patrullas fronterizas estadounidenses indican que desde octubre han registrado la muerte de 77 personas en el sector de El Paso, la ciudad texana frente a Ciudad Juárez. El golpe de calor y la caída de una pared se encuentran entre las principales causas de muerte.
El director de Protección Civil en Ciudad Juárez, Mauricio Rodríguez, hace un llamado a los migrantes “para evitar” que se desplacen “con altas temperaturas”.
“El impacto del calor puede provocar la muerte”, añade entrevistado por la AFP.
Cerca de 1.3 millones de migrantes irregulares cruzaron territorio mexicano entre enero y mayo de este año, según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM).
La mayoría de ellos proceden de América Latina o el Caribe (Venezuela, Honduras, Ecuador, Haití), aunque están representadas un total de 177 nacionalidades.
Durante su travesía, que a menudo incluye el peligroso bosque del Darién en la frontera entre Colombia y Panamá, los migrantes están expuestos a enfermedades (problemas respiratorios, cutáneos, estomacales, etc.) después de recorrer decenas de kilómetros en condiciones insalubres, según un informe reciente de la ONG Médicos Sin Fronteras.
