La fuerza especial Akhmat, orgullosa heredera de Wagner en el frente ucraniano

La fuerza especial Akhmat, orgullosa heredera de Wagner en el frente ucraniano
La fuerza especial Akhmat, orgullosa heredera de Wagner en el frente ucraniano
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El domingo se cumple el “aniversario” de la Rebelión Wagner. Hace un año, el oligarca y líder del grupo paramilitar, Yevgeni Prigojine, ordenó a sus hombres tomar el control del cuartel general del ejército ruso en Rostov, en el sur del país. Un acto de traición al Kremlin que justificó por la incompetencia del mando del ejército ruso en el frente de Ucrania, acusado de corrupción y de ocultar voluntariamente la realidad sobre el terreno a Vladimir Putin.

El resto se sabe: la operación finalmente fue abortada, pero Yevgeni Prigojine pagó su traición muriendo dos meses después en un accidente aéreo. Vladimir Putin habla de un hombre ese día”talentoso“quien cometió”errores”. Aunque negó su posible implicación en este fatal accidente, el Kremlin aprovechó la oportunidad para volver a poner a Wagner bajo su control, dentro del ejército o en otras estructuras, y ordenó a los combatientes del grupo que firmaran un juramento de lealtad.

Un método sostenible

La milicia Wagner ya no existe hoy, pero sus prácticas continúan dentro de ciertos batallones desplegados en el frente ucraniano. Intimidación, acoso, violación, racismo… El método Wagner consiste en sembrar el terror entre los ciudadanos enemigos y adoptar comportamientos brutales hacia los soldados del ejército federal ruso, con quienes las organizaciones paramilitares generalmente tienen dificultades para tratar.

Sin embargo, este grupo, en particular, destaca como el orgulloso heredero de la organización paramilitar: el batallón checheno Akhmat, fundado en 2009 por el líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov. Oficialmente adscrito al Ejército Nacional Ruso, este regimiento forma parte de las fuerzas de seguridad interna de la república autónoma dentro de Rusia. Tiene en sus filas varios miles de hombres –de 4.000 a 13.000 según las fuentes–, no necesariamente de origen ruso o checheno, todos reclutados de forma voluntaria. Desplegadas desde hace varias semanas en la frontera ruso-ucraniana frente a Járkov, estas fuerzas especiales tendrían la misión particular de matar a cualquier soldado ruso que se niegue a luchar, según fuentes ucranianas.

Racismo y violencia

También llamados “Kadyrovtsy” porque son considerados secuaces de Ramzan Kadyrov, estos hombres ya han sido mencionados en varias ocasiones por sus actos de violencia cometidos con total impunidad. Un documento que circuló a finales del verano de 2022 da fe de una denuncia presentada por el comandante de una milicia separatista contra los Kadyrovtsy, acusados ​​de violar a sus hombres. En enero, un soldado ruso también fue golpeado por pedirle a Kadyrovtsy sus documentos en un puesto de control en la ciudad ocupada de Melitopol, en el sur de Ucrania.

Estas prácticas brutales también se observaron dentro del grupo Wagner. Por lo tanto, no es de extrañar que Ramzan Kadyrov afirmara en noviembre en Telegram que un número significativo de excombatientes de Yevgeni Prigozhin estaban recibiendo entrenamiento intensivo con las fuerzas especiales de Akhmat. En abril, precisó que 3.000 combatientes de Wagner se habían unido a las tropas de Akhmat, por iniciativa del Ministerio de Defensa ruso. Aunque habría cumplido 63 años el 1 de junio, Yevgeni Prigozhin sigue siendo muy popular dentro de la comunidad militar. También se inauguró una imponente estatua de bronce sobre su tumba en San Petersburgo, que atrae a muchos simpatizantes.

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