A peine la 29mi La Conferencia de las Partes sobre el Clima (COP29) finalizó en Bakú, La diplomacia medioambiental se reúne en Pusan (Corea del Sur) para abordar otra amenaza planetaria, el plástico. Se esperan delegados de 175 países del 25 al 1 de noviembrees Diciembre para lo que se supone será la quinta y última ronda de negociaciones destinadas a finalizar un tratado global para poner fin a la contaminación plástica. Con un objetivo: lograr un instrumento internacional jurídicamente vinculante antes de fin de año. Al igual que en Azerbaiyán, el espectro del fracaso se cierne sobre Pusan.
A medida que avanzan las rondas de negociaciones, iniciadas en marzo de 2022 con una resolución de las Naciones Unidas descrita como“histórico”el proyecto de texto (borrador cero) ha crecido hasta convertirse en un resumen de 87 páginas, con opciones y subopciones contradictorias, con 7.400 menciones entre corchetes. “Si solo nos quedamos con lo que no está entre paréntesis, es decir lo que hay consenso, nos quedamos con página y media, es aterrador”comenta Henri Bourgeois-Costa, director de asuntos públicos de la Fundación Tara Océan, que documenta la contaminación plástica desde 2010 a través de sus expediciones científicas.
Para salir de este punto muerto, el presidente del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN), el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, tomó la iniciativa de redactar otro texto (no papelen la jerga de la ONU), de los elementos que considera que se benefician de suficiente “convergencias” : 31 artículos, que ocupan unas quince páginas. Esta nota, que no tiene carácter oficial, podría servir de base para las negociaciones en Pusan si los Estados la aceptan. Pero con un riesgo importante: socavar su ambición.
Cerrar el grifo en la fuente.
Para la ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Panier-Runacher, que no irá a Pusan porque el anfitrión coreano no ha previsto una reuniones ministerial, este texto no constituye “no es una buena base para las negociaciones” y augura “discusiones difíciles” y un “acuerdo incierto”.
Principal queja: el documento evita cualquier referencia a cualquier objetivo de reducción de la producción de plástico. Esta cuestión constituye la principal línea divisoria, que no ha dejado de ampliarse, entre los dos bloques que se enfrentan desde el inicio de las negociaciones.
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Por un lado, una coalición que reúne a 67 miembros, entre ellos Francia, Alemania, el Reino Unido y la Unión Europea (UE), defiende un texto de “alta ambición”, que tiene en cuenta todo el ciclo de vida de los plásticos, y por tanto su producción, para cortar el grifo en origen. Por otro, los países productores de petróleo, para los cuales los plásticos y, en particular, el sector de los envases constituyen una nueva fuente y que queremos limitar el tratado a la cuestión de la gestión de residuos y el reciclaje. Alrededor de Arabia Saudita e Irán, un “grupo de la misma sensibilidad”, que incluye Rusia, Brasil e India. China, el principal productor de plástico, está en la misma línea.
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