Este viernes, una pareja estadounidense se declaró culpable de maltrato de cadáveres, tras almacenar a temperatura ambiente 191 cuerpos destinados a la cremación. Deberían pasar 20 años de prisión.
Una historia que despertó repugnancia en el oeste americano. Este viernes 22 de noviembre, Jon y Carie Hallford, propietarios de una funeraria cerca de Colorado Spring (Estados Unidos), se declararon culpables de maltrato a cadáveres, tras haber preservado los restos de 191 personas que supuestamente iban a ser cremadas.
Los cadáveres estaban mal almacenados, sobre todo en un frigorífico “fuera de servicio”. Fue el barrio, que hace un año permitió el hallazgo de los cadáveres, quejándose de un fuerte olor a putrefacción. Según AP, el ambiente era tan amargo que la policía tuvo que equiparse para entrar al edificio.
“Las ratas y los gusanos le comían la cara”
“Los cuerpos estaban tirados en el suelo, apilados en estantes, abandonados en camillas, apilados unos encima de otros o simplemente apilados en habitaciones”, dijo la fiscal Rachael Powell, añadiendo que las familias de las víctimas se declararon “profunda y eternamente indignadas” por la situación.
La agencia de prensa estadounidense transmitió en particular el testimonio de Crystina Page, cuyo hijo, David, murió en 2019. Sus restos estuvieron así al aire libre hasta el año pasado: “Permaneció tendido en un rincón de un frigorífico roto, sacado de su cuerpo. bolsa, con ratas y gusanos comiéndole la cara. Ahora, cada vez que pienso en mi hijo, tengo que pensar en Jon y Carie, y eso nunca desaparecerá de mi mente.
Durante años, los Hallford regalaron a las familias hormigón seco en lugar de las cenizas de los difuntos. Asimismo, la pareja defraudó cerca de 900.000 dólares en ayudas estatales durante la pandemia de Covid-19, antes de gastarlos en viajes, coches de lujo, estancias en Las Vegas y Florida, además de criptomonedas.
Este viernes, ante el tribunal, los dos se declararon culpables para negociar su sentencia y evitar un fallo en el juicio. Si el juez acepta el trato, se espera que Jon sea sentenciado a 20 años de prisión, mientras que Carie recibiría una sentencia que oscilaría entre 15 y 20 años de prisión. “Sabía lo mal que iba la situación, pero opté por no hacer nada”, declaró este último ante el juez.
Este asunto motivó una reforma en Colorado para fortalecer los controles y las condiciones para la preservación de restos en el estado, que era considerado uno de los más flexibles del país en esta materia. De hecho, hasta ahora no se exigía ninguna inspección, ni siquiera certificados para los directivos de las empresas.