Belgacem, Saddam y Khaled, tres de los seis hijos del mariscal Haftar

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El hombre fuerte del este de Libia, Khalifa Haftar, ascendió recientemente a su hermano menor a jefe de sus fuerzas terrestres, el último de una serie de ascensos de sus hijos que fortalecen el control del clan en Cirenaica, a riesgo de perpetuar la división del país.

Khaled Haftar (c), hijo del hombre fuerte del este de Libia, Khalifa Haftar, en la ciudad de Derna, devastada por inundaciones repentinas y mortales el 18 de septiembre de 2023.

El general Saddam Haftar, de 33 años, asumió a principios de junio de 2024 el cargo de Jefe de Estado Mayor del Ejército dentro de las Fuerzas Armadas Árabes Libias (LAAF) comandadas por su padre. Este nombramiento, tras el de dos de sus hermanos en puestos clave, refleja, según los expertos, el deseo del mariscal Haftar, de 81 años, de consolidar el poder de su clan en Oriente y prepararse para la próxima generación. Debilitada por las divisiones desde el derrocamiento del régimen de Muamar Gadafi por Occidente el 20 de octubre de 2011, Libia, que cuenta con abundantes reservas de petróleo, está gobernada por dos ejecutivos rivales, uno en Trípoli (oeste), reconocido por la ONU, y el otro en el este, alrededor el campo de Haftar.

Las elecciones que supuestamente unificarían el país estaban programadas para diciembre de 2021 antes de ser pospuestas indefinidamente. Desde entonces, la organización de las elecciones presidenciales se ha topado con la negativa del bando occidental a autorizar a un soldado con doble nacionalidad a presentarse, en este caso el mariscal Haftar, ciudadano libio y estadounidense. Antes de Saddam Haftar, su hermano Khaled fue nombrado en julio de 2023 jefe de estado mayor de las “unidades de seguridad” dentro de las LAAF y ascendido al rango de general de división.

Y en febrero de 2024, otro de los seis hijos de Haftar, Belgacem, tomó las riendas del recién creado “Fondo de Desarrollo y Reconstrucción de Libia”, con importantes recursos a su disposición.

– “Ejército privado”-

El ascenso de los hijos del mariscal Haftar “forma parte de la continuidad de lo que, desde el principio, ha sido un ejército privado (…) y familiar a medida que Haftar consolidaba su poder”, descifra Wolfram Lacher, investigador del Instituto alemán del SWP. “El círculo restringido (…) que controla las unidades y los recursos clave de este imperio privado son sus hijos, pero también sus primos, sus sobrinos y sus yernos”, añade. Desde abril de 2019 hasta el verano de 2020, el mariscal Haftar intentó conquistar la capital con el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia, pero sus fuerzas fueron derrotadas.

Después de este duro revés, “asistimos a un rápido ascenso de los hijos (…) en las filas militares, superando en poco tiempo lo que otros oficiales tardaron décadas, lo que provocó burlas”, subraya Lacher. “Pero desde entonces, al verlos cada día en las redes sociales, el público libio ha empezado a acostumbrarse a ellos”, añade. Según él, Saddam Haftar, el hijo más destacado del mariscal, ostenta “el poder militar” pero también controla “la represión, la gestión del tráfico, la malversación de fondos públicos y la negociación de transacciones turbias con rivales políticos en Trípoli”.

El líder militar del este de Libia, Khalifa Haftar, en Bengasi el 24 de diciembre de 2022.

Para Khaled al-Montasser, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Trípoli, Haftar, que sufrió un derrame cerebral en 2018, está “acelerando el paso” para prepararse para la próxima generación. Según él, sus aliados extranjeros lo consideran “no apto para dirigir Libia”, de ahí la necesidad de inyectar “sangre nueva”, afirma el analista político libio Imad Jalloul.

– “Dominio privado”-

Esto es “claramente una señal de preparación para el día en que Haftar desaparezca y, por lo tanto, toda su estructura de poder podría estar en peligro”, opina Wolfram Lacher. Mientras se asegura el poder, el clan Haftar se esfuerza por eliminar, a costa de una represión brutal, toda oposición en el Este y el Sur, donde figuras políticas, tribales y de la sociedad civil son arrestadas, desaparecidas o asesinadas, explica Jalloul.

El último ejemplo, la muerte en abril de 2024 del activista Siraj Doghman, durante su detención en una base militar de Haftar. En diciembre de 2023, el coronel al-Mahdi al-Barghathi, exministro de Defensa, y varios de sus familiares, acusados ​​por el bando de Haftar de formar parte de una “célula de saboteadores”, fueron arrestados y luego asesinados. “ Lo que es preocupante ver en los últimos meses es que los diplomáticos occidentales y de la ONU han comenzado a legitimar esta estructura de poder familiar que considera dos tercios del país y su riqueza subterránea como su dominio privado, al reunirse públicamente con los hijos de Haftar.“, señala el señor Lacher.

Foto publicada en la página de Facebook de la oficina de medios del líder militar del este de Libia, Khalifa Haftar, que muestra a su hijo Saddam Haftar durante un desfile militar en Bengasi.

© Afriquinfos y Agencia France-Presse

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